Cardenal Bertone: «La Iglesia quiere estar junto a los indígenas»

El secretario de Estado hace balance del viaje del Papa a Brasil

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 3 junio 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone ha hecho en esta entrevista al diario «Avvenire» un balance del viaje del Papa Benedicto XVI a Brasil y aclara algunas incomprensiones por parte de los medios de comunicación.

El 31 de mayo se clausuró en Aparecida, Brasil, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Los obispos aprobaron un documento final que será hecho público después de que el Papa Benedicto XVI apruebe su publicación.

El cardenal secretario de Estado, el salesiano Tarcisio Bertone, asegura que el viaje del Papa a Brasil ha sido un éxito, también en participación de personas.

«Me han contado –subraya– que también cuando Juan Pablo II viajó a Brasil en 1991 no faltaron quienes se pusieron a contar a los fieles, en aquella ocasión y que eran menos numerosos que lo que le había acogido en 1980, cuando por primera vez un pontífice aterrizó en aquel maravilloso país. Nada nuevo bajo el sol, por tanto».

–El viaje se inició con una rueda de prensa que suscitó algunas polémicas, sobre todo tras la publicación de una trascripción que en algunos puntos no reflejaba literalmente lo que había dicho efectivamente el Papa.

–No hay nada de escandaloso en esto. También los textos de las audiencias del miércoles a veces han sido publicados tras una cuidada revisión. Incluso el Catecismo de la Iglesia Católica en su edición definitiva, la «editio typica» de 1997, se diferencia en varios puntos de la primera edición impresa en 1992. Quien lee el reciente documento de la Comisión Teológica Internacional sobre el limbo puede verificar que la «editio typica» de una encíclica –por ejemplo la «Evangelium Vitae» de Juan Pablo II– presenta en un punto una formulación diversa y más precisa respecto a la versión que se hizo pública en un primer momento.

–En concreto, ¿que nos puede decir respecto a la excomunión para los legisladores que aprueban normas abortistas?

–Me parece claro que el Papa recordó que corresponde a cada obispo establecer si hay que infligir y cuándo hay que infligir la excomunión, que es una pena prevista por el Código de Derecho Canónico. Por tanto, en este caso se trata de «ferendae sententiae» (excomunión no automática, ndr.).

–¿Y respecto a la causa de beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero? ¿Por qué en el texto trascrito no se alude ya al hecho de que el Papa dijo que no tenía dudas de que monseñor Romero merezca la beatificación? –Tras esta experiencia, ¿considera que habrá otras ruedas de prensa del Papa?

–Será el Papa quien decida. Pero es de todos conocido que el cardenal Ratzinger no ha tenido nunca temor de la prensa y a los cronistas que le paraban por la calle siempre ha respondido con amabilidad.

–El Papa se entrevistó con el presidente Lula. ¿Cómo son globalmente las relaciones entre Estado e Iglesia en Brasil?

–Las relaciones entre la Iglesia y el gran estado brasileño son sustancialmente positivas. Se está elaborando también una especie de acuerdo global y fundamental para poder orientar Iglesia y Estado, Iglesia y comunidad política, en lo que el Concilio define como «una sana colaboración» para el bien de cada persona y también para la resolución de los problemas que pueden estar todavía sobre el tapete.

–Usted declaró a «Radio Vaticano» que esperaba que los acuerdos sean firmados en este año. Pero algunas afirmaciones atribuidas al embajador brasileño ante la Santa Sede han sido interpretadas con menos optimismo…

–Yo hablé con el nuncio apostólico en Brasilia, el arzobispo Lorenzo Baldisseri, y soy optimista. Esperamos que el optimismo esté bien fundado.

–El Papa recibió en audiencia al anciano arzobispo emérito de Sao Paulo, el cardenal Paulo Evaristo Arns. El teólogo Jon Sobrino, al criticar la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe que se refiere a él, ha escrito que sus obras han sido juzgadas positivamente incluso por el mismo cardenal Arns. ¿Se habló también de esto durante la audiencia?

–Se trató de una audiencia obligada, por tanto breve. No tengo conocimiento de que se haya hablado del caso Sobrino.

–Los discursos del Papa a los obispos brasileños, e incluso algunos puntos de la homilía con motivo de la canonización de Fray Galvao, han sido bastante subrayados por la prensa, que los ha juzgado especialmente duros.

–El Papa no quiere imponer cargas inútiles a nadie, ni a los obispos, ni a los fieles No puede, sin embargo, olvidar las palabras exigentes de Jesús que están en el Evangelio. Que luego la prensa subraye estos aspectos de los discursos pontificios en menoscabo de otros, más positivos, me parece casi inevitable. Las noticias negativas parecen siempre prevalecer sobre las positivas.

–El Papa en sus discursos habló claramente a favor de la defensa de la vida y de la familia. Y al mismo tiempo recordó que «la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en ese Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza»…

–Y aquí estalló uno de los 19 aplausos del discurso inaugural de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano. Antes, en el Catecismo, se enseñaba que hay cuatro pecados que claman venganza ante Dios: el homicidio voluntario, el pecado impuro contra natura, la opresión de los pobres, el fraude en el salario a los obreros. Como se ve, son pecados, por desgracia de gran actualidad. En la América Latina de hoy –pero no sólo allí–, se dan intentos de legalizar el aborto o formas de unión que no pueden denominarse familia; los pobres son todavía aplastados por sistemas económicos inicuos; y la mano de obra sigue siendo explotada a veces de manera salvaje. La Iglesia por tanto no puede dejar de hacer escuchar su propia voz contra estos pecados especialmente odiosos. Los cuatro.

–En el discurso de apertura en Aparecida, el Papa usó palabras fuertes tanto contra el marxismo como contra el capitalismo. ¿Para la Iglesia, por tanto, hay un juicio igualmente negativo respecto a estos dos sistemas?

–La Iglesia no mira al nombre de los sistemas sino a los efectos que éstos producen en las personas concretas. Y la Iglesia ha experimentado, y sigue experimentando, que tanto los sistemas marxistas como los capitalistas no son adecuados para el bienestar de toda la población. América Latina los ha experimentado, y los experimenta, ambos. Los resultados están ante los ojos de todos. Donde sólo hay una apariencia de igualdad social, no hay libertad. Donde se reclama sólo trabajar por una mayor igualdad social, la libertad se restringe. Y donde en cambio parece haber mucha libertad, las desigualdades sociales alcanzan un nivel cada vez más intolerable. El Papa no podía dejar de subrayar estos puntos.

–El viaje ha tenido eco en particular por el tema de la cuestión «india». El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pretendió públicamente las excusas de Benedicto XVI por no haber denunciado el «holocausto» que los conquistadores europeos habrían causado entre los indios. El Papa, el pasado 24 de mayo, recordó también las sombras que caracterizaron ese periodo histórico…

–Como sabiamente dijo el cardenal de Caracas, es probable que el presidente de Venezuela no haya leído bien el discurso del Papa. Por otra parte, se sabe que cuando los políticos se dejan llevar por la fogosidad oratoria, algún juicio puede ir más allá de lo que se piensa efectivamente. Por lo que sé, a las declaraciones v
erbales no han seguido actos formales desde el punto de vista diplomático. Además de lo que dijo el Papa el otro miércoles, querría subrayar que, justo en los días en que estallaron esas polémicas, la Santa Sede hizo oír su voz en el Palacio de Cristal de la ONU para denunciar el propio desacuerdo por el aplazamiento «sine die» de la adopción de una esperada Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas. La Santa Sede quiere estar junto a los indios y a sus problemas concretos, pero no tiene interés en asociarse a aquellos movimientos ideológicos que se llenan la boca con palabras de solidaridad con los indios, propagando a veces teorías incluso un poco descabelladas, pero que luego, a la prueba de los hechos, no son son para nada de ayuda real a la causa sacrosanta de las poblaciones indígenas.

–El 9 de junio, el Papa recibirá al presidente de Estados Unidos George Bush. ¿Se hablará también de América Latina?

–Ciertamente, pero no sólo. También de Medio Oriente y de las grandes cuestiones éticas y sociales relativas a las poblaciones del mundo. Estados Unidos es un gran país y el actual presidente se ha distinguido especialmente por algunas iniciativas positivas a favor de la defensa de la vida desde su concepción. Quedan sin embargo algunos problemas, ya manifestados por ese gran profeta que fue el siervo de Dios Juan Pablo II, por ejemplo sobre la guerra en Irak y también sobre la dramática situación de los cristianos iraquíes, que se degrada cada vez más.

–Permítame otras dos preguntas extra. ¿Está lista la anunciada carta del Papa a los fieles católicos chinos?

–El texto de la carta ha sido aprobado definitivamente por el Santo Padre y ahora se está procediendo a las diversas traducciones y a los aspectos técnicos de su publicación.

–Así mismo se espera el «motu proprio» que liberalizaría el uso del Misal llamado de san Pío V ¿En qué punto está?

–Creo que no habrá que esperar mucho para verlo publicado. El Papa está personalmente interesado en que esto suceda. Lo explicará en una carta suya de acompañamiento, esperando en una serena recepción.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación