Comunicar la paz implica promover la «superabundancia del amor», alerta monseñor Foley

En un encuentro de comunidades religiosas de la Red de Comunicaciones de la Paz

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ROMA, miércoles, 16 junio 2004 (ZENIT.org).- Responder a la veracidad, contribuir a la justicia, trabajar desde la libertad y transmitir la «superabundancia» del amor son las claves para que los medios de comunicación contribuyan a la paz, advirtió el sábado el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones sociales, el arzobispo John Patrick Foley.

El prelado tuvo oportunidad de intervenir en este sentido en una reunión –celebrada en la Casa General de los Hermanos Cristianos («Christian Brothers») en Roma– de representantes de comunidades religiosas que colaboran en la Red de Comunicaciones de la Paz –«Peace Communication Network» (PCN)–.

El año pasado, en el 40º aniversario de la encíclica de Juan XXIII «Pacem in Terris», el Santo Padre eligió como tema de la Jornada Mundial de las Comunicaciones «Los medios de comunicación al servicio de la paz auténtica a la luz de la “Pacem in Terris”», mencionó el arzobispo Foley.

En ese contexto el Papa «recordó que Juan XXIII consideraba que los cuatro pilares de la paz auténtica eran la verdad, la justicia, la libertad y el amor».

«En primer lugar tenemos que garantizar que nuestras comunicaciones y las de los medios sean veraces –exhortó monseñor Foley–. De ese modo, pueden prestar un maravilloso servicio; de lo contrario, pueden ser utilizados a veces “al servicio de intereses estrechos, nacionales, étnicos, raciales o de prejuicios religiosos”».

En segundo lugar, «tenemos que garantizar que nuestras propias comunicaciones y las de los medios contribuyan a la justicia», pidió.

En esta línea, citó las palabras de Juan Pablo II: «Cuando realizan una crónica cuidadosa de los hechos, explicando bien los temas y presentando honradamente los diversos puntos de vista, los medios cumplen su grave deber de impulsar la justicia y la solidaridad en las relaciones humanas a todos los niveles de la sociedad».

«Esto no significa –añadía el Papa– quitar importancia a las injusticias y divisiones, sino ir a sus raíces para que puedan ser comprendidas y sanadas» (Cf. Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2003).

En cuanto a la libertad, en tercer lugar –añadió el arzobispo Foley–, el Papa dijo: «Si los medios están para servir a la libertad, ellos mismos deben ser libres y usar correctamente esa libertad. Su situación privilegiada les obliga a estar por encima de las meras preocupaciones comerciales y servir a las verdaderas necesidades e intereses de la sociedad».

«En concreto es necesario –proseguía Juan Pablo II–, no sólo encontrar el modo de garantizar a los sectores más débiles de la sociedad el acceso a la información que necesitan, sino también asegurar que no sean excluidos de un papel efectivo y responsable en la toma de decisiones sobre los contenidos de los medios, y en la determinación de las estructuras y líneas de conducta de las comunicaciones sociales».

«Obviamente –subrayó monseñor Foley–, superar la llamada “brecha digital” es parte de esa libertad por la que deberíamos trabajar».

Finalmente, «en lo relativo al amor, Juan Pablo II observó hace dos años en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia que “donde el odio y la sed de venganza dominan, donde la guerra es causa de sufrimiento y muerte para los inocentes, hace falta la misericordia para calmar las mentes y los corazones y llevar la paz”», apuntó el presidente del dicasterio

«Por eso –alertó el prelado–, la comunicación por la paz debe implicar no la defensa del equilibrio o del predominio del poder, sino de una superabundancia del amor».

«La comunicación para la paz –como la paz en sí misma– debe estar basada en la verdad, la justicia, la libertad y el amor», sintetizó el arzobispo Foley.

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ZENIT Staff

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