CIUDAD DEL VATICANO, 15 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha aceptado la renuncia del cardenal Jaime Sin como arzobispo de Manila y ha nombrado en su sucesión a monseñor Gaudencio B. Rosales, hasta ahora arzobispo de Lipa y ex obispo auxiliar de Manila, según anunció este lunes la Sala de Prensa de la Santa Sede.
El cardenal Sin, una de las voces más autorizadas de Filipinas desde la década de los setenta, presentó su renuncia al Santo Padre por haber cumplido los 75 años de edad, como prescribe el Código de Derecho Canónico.
Monseñor Rosales, de 71 años, nació en Batangas City (arquidiócesis de Lipa, a 75 kilómetros de Manila). Fue ordenado sacerdote en 1958, ejerciendo su ministerio como superior de los seminarios de la arquidiócesis de origen.
Tras haber sido guía espiritual de la Legión de María en Lipa y párroco en Batangas City, en 1974 fue elegido por Pablo VI como obispo auxiliar de Manila. En 1982, Juan Pablo II le nombró obispo coadjutor de Malaybalay, pasando a ser obispo de esa sede en 1984.
Fue promovido a la sede metropolitana de Lipa el 30 de diciembre de 1992. Entre 1997 y 1999 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal y desde 1999 es presidente de la Comisión para el Clero de esa Conferencia.
El cardenal Sin, que era arzobispo de Manila desde el lejano 1974, ha acompañado muy de cerca la vida del país, siendo siempre un punto de referencia decisivo.
«Puedo decir con gratitud que he dado lo mejor de mí mismo a Dios y a mi país», afirma el purpurado en un comunicado distribuido este lunes.
El cardenal pide perdón a aquellos que «haya podido confundir o herir» y amor, respeto y obediencia para su sucesor.
El arzobispo Rosales hereda una arquidiócesis más pequeña que la que dirigía el cardenal Sin, pues el año pasado se crearon cinco diócesis surgidas de su territorio.
