CIUDAD DEL VATICANO, 14 julio 2003 (ZENIT.org).- Eslovaquia será la meta del viaje internacional número 102 que tendrá lugar del 11 al 14 de septiembre, según confirmó oficialmente este lunes la Sala de Prensa de la Santa Sede, al difundir el programa general.
Zenit ha podido saber que en la visita apostólica el Papa debería beatificar a un obispo y a una religiosa martirizados en tiempos muy recientes (en 1976 y 1955) en pleno régimen comunista.
En los cuatro días que el Papa pasará en el país de Europa del Este visitará cuatro ciudades Trnava, Banská Bystrica, Roznava y Bratislava, según confirmó el padre Ciro Benedettini C.P., subdirector de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Uno de los dos mártires que beatificará el Papa es el obispo Basilio Hopko (1904-1976), perteneciente a la Iglesia greco-católica de Eslovaquia. «Con la llegada del comunismo, su Iglesia oriental fue suprimida y él arrestado», recordó el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos el 7 de julio, en la ceremonia de promulgación del decreto que reconocía oficialmente su martirio.
«Con falsas acusaciones fue condenado a quince años de cárcel que no pudo terminar a causa de las malas condiciones de salud –añadió el cardenal portugués–. De hecho, los malos tratos físicos y psíquicos le habían destruido. Su muerte fue el efecto de los sufrimientos por la fe antes y después de la prisión».
La otra beata mártir que proclamará el Papa en su patria es sor Zdenka Schelingová (1916-1955), religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz.
«Fue un modelo de religiosa y enfermera –explicó el cardenal Saraiva Martins en aquella misma ceremonia–. Desempeñó su actividad en el hospital estatal de Bratislava, donde coronó su consagración a Dios con un gesto heroico a favor de un sacerdote enfermo, que se encontraba arrestado en el mismo hospital».
«Después de haber rezado con estas palabras: «Jesús te ofrezco mi vida por la suya. ¡Sálvalo!», ayudó al sacerdote a recuperar su libertad –recordó el purpurado–. Arrestada y encarcelada, sufrió muchas vejaciones, que la llevaron a una muerte prematura».
En Eslovaquia, país de algo más de 5.400.000 habitantes, el 74,7% de la población es católica. Las relaciones entre la Santa Sede y la República Eslovaca, surgida de la separación de Checoslovaquia, fueron reglamentadas y ratificadas en el año 2000.
