El rector de los salesianos pide al Papa la beatificación de la madre de san Juan Bosco

Al encontrarse con él en la casa de vacaciones veraniegas

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LES COMBES, miércoles, 13 julio 2005 (ZENIT.org).- Al acoger a Benedicto XVI este lunes en la casa de verano de Les Combes, en el Valle de Aostra, el rector mayor de los Salesianos, don Pascual Chávez, le pidió acelerar la beatificación de la Madre de san Juan Bosco, Margarita Occhiena.

El rector, que habló en privado con el Papa en la residencia en la que está pasando las vacaciones, de propiedad de los Salesianos, le entregó documentos y una carta de todos los obispos salesianos esparcidos por el mundo en la que piden que se promulgue el decreto de heroicidad de las virtudes de «mamá Margarita».

La familia salesiana desea que Margarita Occhiena pueda ser declarada venerable, y, por tanto, indicada como modelo de virtudes al pueblo de Dios, con ocasión del 150 aniversario de su muerte, según informa la Agencia de Noticias Salesiana (ANS).

El Papa respondió que la santidad de esta mujer es tan evidente que no tiene necesidad de todo el proceso, poniendo de manifiesto que sus virtudes son muy conocidas, añade este servicio de información.

«Estamos dando los pasos del procedimiento regular», respondió don Chávez. La «positio» fue entregada, en efecto, el día 25 de enero del 2000, mientras que el examen de los consultores históricos término, positivamente, el 3 de octubre del mismo año.

Benedicto XVI deseó que la beatificación pueda tener lugar en el año 2006, ocasión que el Rector Mayor ha considerado que es provincial, visto el tema del próximo Aguinaldo a la Familia Salesiana cuyo tema y consiguiente compromiso pastoral está centrado en la «familia» de la cual Mamá Margarita podría ser declarada modelo a imitar.

El Papa resaltó esta decisión con un «muy bien» entusiasmado, revela ANS. El rector mayor al despedirse del Papa le solicitó una audiencia personal más amplia próximamente.

Mararita Occhiena (1788-1856), nace el 1 de abril de 1788 en Capriglio (norte de Italia) y allí permaneció hasta casarse con Francisco Bosco. Tras la prematura muerte del marido, a los 29 años tuvo que encargarse sola de su familia en un momento de carestía, asistiendo a la madre de Francisco, así como al hijo de éste, Antonio, y educando a sus hijos José y Juan.

Cuando Juan fue ordenado sacerdote, dejó su casa, para acompañarle durante diez años en su misión entre los jóvenes pobres y abandonados de Turín.

«Sin saberlo, se convirtió en «confundadora» de la familia salesiana», constata una biografía distribuida por los salesianos.

«Sin saber escribir, pero llena de la sabiduría que viene de lo alto, ayudó a muchos pobres muchachos de la calle, hijos de nadie. Puso a Dios antes que nada, entregándose por él en una vida de pobreza, oración y sacrificio», añade una breve biografía.

Murió a los 68 años, en Turín. Le acompañaron al cementerio muchos muchachos que la llamaban «mamá».

Los Salesianos de Don Bosco en el mundo entero son 16645. Están presentes en los cinco continentes, en 127 países.

La Familia Salesiana cuenta con unos 402.500 miembros. Consiste en 22 organizaciones diferentes, que han ido surgiendo a lo largo de los años, y que han tomado la inspiración del sistema y del carisma de don Bosco. Las tres primeras, que se crearon ya en tiempos de don Bosco, son Las Hijas de María Auxiliadora (15.074), Los Cooperadores Salesianos (35.000) y los Antiguos Alumnos de Don Bosco (197.730).

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ZENIT Staff

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