Foco de ayuda católica internacional en el Caribe, por el azote de los huracanes

Movilización de «Cáritas» y «Ayuda a la Iglesia Necesitada»

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ROMA, martes, 19 julio 2005 (ZENIT.org).- La confederación mundial de «Cáritas» se mantiene en alerta gracias a la labor de «Cáritas Haití» y «Cáritas Antillas», que se esfuerzan por proporcionar información sobre los daños -y consiguientes necesidades- originados por los huracanes que en las últimas dos semanas han golpeado con enorme fuerza el Caribe.

De acuerdo con «Cáritas Haití», la fuerza de las lluvias y la violencia de los vientos del Huracán Dennis este mes ha llevado muerte, desplazamientos y enormes pérdidas en diversas regiones del país, en especial en el sur.

El paisaje ha dado paso a ríos desbordados, inundaciones y árboles y postes eléctricos derribados. Las casas, en especial en zonas costeras y fluviales, han resultado seriamente dañadas o destruidas, forzando a cientos de personas a refugiarse en albergues temporales. Las tormentas han arruinado también cosechas y han acabado con cabezas de ganado, amenazando las fuentes de sustento.

Las organizaciones diocesanas de «Cáritas» en Haití han constatado necesidades en Cayes, Jérémie, Jacmel y Puerto Príncipe. Ya están en marcha planes de emergencia de distribución a los damnificados de alimentos, agua potable, kits de higiene y utensilios de cocina, así como de ayuda a la reconstrucción de casas; estos planes contemplan asimismo proporcionar semillas y apoyo financiero, facilitar herramientas para retirar escombros de las carreteras y ayudar al establecimiento de rebaños.

El comunicado de «Caritas Internationalis» difundido el lunes alertaba igualmente de que el Huracán Dennis también ha causado estragos en Cuba.

Ese día «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN) decidió destinar 40 mil euros en ayuda de emergencia a cuatro de las diócesis cubanas más afectadas por el fenómeno natural: Bayamo-Manzanillo, Cienfuegos, Matanzas y Santa Clara.

De acuerdo con la información del responsable de AIN de la sección I de América Latina –Xavier Legorreta-, recibida del nuncio apostólico -monseñor Luigi Bonazzi- y de obispos locales, decenas de personas han perdido la vida en el desastre y se cuentan por miles las que se han quedado sin hogar.

En este momento los bienes más necesarios en la región son alimentos, ropa y artículos sanitarios y domésticos.

«Gracias a la Iglesia y a los obispos, la ayuda puede llegar a la agente sin dificultad o dilación», reconoce Legorreta en un comunicado enviado a Zenit.

Por su parte, «Cáritas Antillas» alertó de que el Huracán Emily, el segundo que atraviesa el Caribe en cuestión de días, ha dejado a su paso daños en Granada, Barbados, Trinidad y Tobago, San Vicente y Granadinas.

En Tobago en torno al 40% de la población se quedaron si electricidad, numerosas casas presentan daños y las calles están bloqueadas por escombros y árboles caídos. En Granada igualmente numerosas casas han sufrido daños o su completa destrucción. Ochenta edificios están identificados como refugios de emergencia, de los que 45 son utilizados como hogares por unas 1.650 personas. Se ha informado de daños estructurales en algunos hospitales, comisarías y residencias de ancianos.

«Cáritas Antillas» adelanta que por el momento Granada es capaz de hacer frente a la situación, pero podría requerir ayuda exterior.

«Cáritas Internationalis» (www.caritas.org) es una confederación de 162 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social, con presencia en más de 200 países y territorios

Por su parte, «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (www.kirche-in-not.org) -fundada en 1947- apoya a cristianos perseguidos y necesitados. Cuenta actualmente con filiales en diecisiete países. En su sede internacional de Königstein (Alemania) sólo en 2004 se financiaron unos seis mil proyectos presentados por sacerdotes, religiosos y obispos de más de 130 países del mundo.

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ZENIT Staff

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