La vocación es sinónimo de servicio, según Juan Pablo II

Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

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CIUDAD DEL VATICANO, 24 noviembre 2002 (ZENIT.org).- Toda llamada de Dios es sinónimo de servicio a los hermanos, asegura Juan Pablo II en el mensaje que ha escrito para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

La celebración, que tendrá lugar el 11 de mayo de 2003, llevará precisamente por lema, según ha previsto el Papa «La vocación al servicio».

«Mientras, en la cultura actual, el que sirve es considerado inferior –aclara el Santo Padre–, en la historia sagrada el siervo es aquel que es llamado por Dios para cumplir una acción particular de salvación y redención, quien sabe que ha recibido todo lo que tiene y por lo tanto se siente también llamado a poner al servicio de los demás todo cuanto ha recibido».

En el «siervo Jesús», el mensaje pontificio redescubre la historia de toda vocación «pensada por el Creador para cada ser humano» y en particular «la historia vocacional de quien es llamado por Él para seguirlo de cerca y llegar así a ser siervo en el ministerio sacerdotal o en la consagración religiosa».

Al mismo tiempo, añade, «Jesús, el Siervo y el Señor, es también aquel que llama. Llama a ser como Él, porque sólo en el servicio el ser humano descubre la dignidad propia y la ajena».

«Él llama a servir como Él ha servido –aclara–: cuando las relaciones interpersonales son inspiradas en el servicio recíproco, se crea un mundo nuevo y en ello se desarrolla una auténtica cultura vocacional».

Con su mensaje, el Papa confiesa que quiere «prestar la voz a Jesús, para que proponga a tantos jóvenes el ideal del servicio y ayudarles a superar las tentaciones del individualismo y la ilusión de procurarse así la felicidad».

«No obstante cierto impulso contrario también presente en la mentalidad actual, se da en el corazón de muchos jóvenes una natural disposición a abrirse a otro, de forma especial al más necesitado –reconoce–. Todo ello les hace generosos, capaces de empatía, dispuestos a olvidarse de sí mismos para anteponer al otro a sus propios intereses».

«Servir, queridos jóvenes, es vocación del todo natural, porque el ser humano es naturalmente siervo, no siendo dueño de la propia vida y estando en cambio necesitado de tantos servicios a los demás», explica el mensaje pontificio.

«Toca a vosotros, jóvenes, de forma particular, hacer que la caridad se exprese en toda su riqueza espiritual y apostólica», concluye el Papa.

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ZENIT Staff

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