No puede haber colegialidad sin primado del Papa

Obispos recuerdan que el papel del obispo de Roma es «irrenunciable»

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CIUDAD DEL VATICANO, 4 octubre 2001 (ZENIT.org).- Las peticiones de una mayor colegialidad en el gobierno de la Iglesia no deben menoscabar la autoridad del Papa, han pedido en las últimas sesiones del Sínodo varios de los obispos que han tomado la palabra ante la asamblea general.

Diferentes prelados, como monseñor José Mario Ruiz Navas, presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, o monseñor Amédée Grab, obispo de Chur (Suiza) y presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, habían pedido en días anteriores a la Asamblea dar mayores poderes a las Conferencias de Obispos y al Sínodo.

Dos participantes en la asamblea –el cardenal László Paskai, arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), y monseñor Luis Morales Reyes, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana– han tomado a su vez la palabra para recordar con vigor que la colegialidad no puede poner en tela de juicio el primado papal, pues tiene un carácter «insustituible» en la Iglesia.

El cardenal húngaro confesó ante los prelados que se sentía con la obligación de hablar en defensa del ministerio del obispo de Roma, pues consideró que hoy día es necesario «expresar con más claridad la doctrina de la Iglesia de nuestro tiempo a causa del sentimiento común que existe contra la autoridad y la jerarquía».

El primado de Hungría, de 73 años, quien sufrió durante décadas en carne propia la represión comunista, recordó además que «la persona y el servicio del Sumo Pontífice han dado una gran fuerza espiritual y de ánimo a los fieles durante la persecución de los cristianos».

Por su parte, monseñor Morales Reyes, arzobispo de San Luis de Potosí, afrontó la cuestión del sucesor de Pedro, explicando con claridad que «la fidelidad a ese primado, es parte integrante e irrenunciable de la fe cristiana».

«La colegialidad episcopal debe ser entendida a la luz de las fuentes de la revelación y no de modelos humanos o sociales con los que pudiera tener alguna semejanza aparente», afirmó.

«Los datos bíblicos y la enseñanza de la Iglesia piden que esta Asamblea Sinodal profundice en el tema de la espiritualidad de la colegialidad, a tono con «Novo Millennio Ineunte» –la carta programática de Juan Pablo II para el nuevo siglo que comienza–, para hacerla más dinámica y vivencial», constató.

Finalmente Morales Reyes confesó su gran «anhelo»: «Que se siga profundizando en la naturaleza teológica y jurídica de las Conferencias de los obispos, particularmente en lo referente a su magisterio colegial y a su relación con la Curia Romana, y que «la espiritualidad de la colegialidad» las penetre y transforme para hacer de cada Conferencia «la casa y la escuela de la comunión»».

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ZENIT Staff

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