San Juan de Ávila, futuro doctor de la Iglesia

Habla fray José Luis Martínez, editor de un libro sobre el patrono del clero español

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ROMA, martes, 22 junio 2004 (ZENIT.org).- La Iglesia podría contar pronto con un nuevo doctor, san Juan de Ávila.

Así lo espera uno de los promotores de esta propuesta, el fraile de la Orden Hospitalaria José Luis Martínez, quien durante muchos años ha sido farmacéutico en el Vaticano, y que acaba de publicar la primera edición en castellano moderno de su proceso de beatificación (Biblioteca de Autores Cristianos).

Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 6 de Enero de 1499 ó 1500. En 1526 es ordenado sacerdote y reparte todos sus bienes entre los pobres. Se traslada a Sevilla con intención de ir como misionero a América Latina, pero el Arzobispo Don Alonso de Manrique le manda «por precepto de santa obediencia» quedarse en Sevilla para evangelizar. Predica, confiesa, escribe…

En 1534 interviene en la conversión de Juan de Dios y en 1539 en la de Francisco de Borja. Durante este tiempo obtiene el grado de maestro en teología. Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara, San Juan de Ribera y San Ignacio de Loyola se aprovecharon de su amistad y consejo.

En 1539 comienza la fundación de colegios que llegarían hasta quince: Córdoba, Jerez de la Frontera, Zafra, Priego… y una Universidad, la de Baeza. En estas tareas le ayuda un grupo o escuela sacerdotal que crea en Córdoba.

En 1560 se retira a Montilla (Córdoba) donde muere el 10 de mayo de 1569 agotado por sus trabajos y después de una larga enfermedad.

–Al traducir el proceso de beatificación de este santo. ¿Qué es lo que más le ha impresionado, de su vida y ejemplo?

–Martínez: Me impresionó su entrega total al servicio de la Iglesia y la salvación de las almas con una generosidad sin medida, según lo transcribía y que era fuente de todas las biografías existentes.

Una vida muy austera, comprometido y sin componendas, a la vez cercano y vecino a las necesidades de los hombres principalmente a los pobres y necesitados, merecida fama de apóstol de Andalucía.

Su vida fue una entrega total a Dios. Una pobreza de un gran sacerdote que vive pobremente cuando le ofrecieron el arzobispado de Granada, el obispado de Segovia y Pablo IV el capelo cardenalicio y él por humildad no aceptó nada.

Se trata de un manuscrito inmenso –más de 3.200 páginas–. Era muy incómodo hacerlo, hoy es ya una inmensa alegría poder ofrecer este servicio a la Iglesia por parte y como contribución de la Orden Hospitalaria y del padre general Pascual Piles a dicha causa.

–¿Por qué se escogió a san Juan de Ávila como patrono del clero español?

–Martínez: : Fue Maestro de sacerdotes, incluso en vida hacía vida de comunidad con alguno que le seguía, tanto en lo intelectual y formación religiosa, tenía una buena base teológica fruto de sus estudios en las Universidades de Salamanca y Alcalá de Henares con los mejores profesores de
su tiempo.

Dedicó toda su vida al servicio y ministerio sacerdotal en la Iglesia, con una vida íntegra y ejemplar cabal, ya en vida fue modelo de los sacerdotes y es proclamado con justicia patrono del Clero.

Desde siempre fue tenido por santo y modelo ejemplar de los sacerdotes como se aprecia en el proceso de beatificación y canonización, por eso la Iglesia no dudó un momento en proponerlo como patrono del Clero español.

El Maestro Ávila, hombre lleno de doctrina y virtudes, reconocido en vida y así se le llamaba ya «Apóstol de Andalucía», con una formación teológico-religiosa, profunda, siempre destacó desde niño, seminarista y sacerdote como persona intachable, íntegra, entregado totalmente a Dios.

Acudían a consultarle obispos, duques, marqueses, sacerdotes, religiosos y seglares y las autoridades civiles e influyentes de la época. Para todos tenía un sabio consejo.

Favoreció las letras, la cultura, la catequesis, las misiones populares, el fue el gran apóstol de las mismas. Todo lo que significa un apóstol. Y fue un gran consejero de santos: san Pedro de Alcántara, san Alonso de Orozco, santo Tomás de Villanueva…

–¿Cuál es la relación entre este santo y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que usted pertenece?

–Martínez: San Juan de Dios, Fundador de la Orden Hospitalaria, le oyó un espléndido y fervoroso sermón el 20 de Enero de 1534 en Granada, sale convertido y decidido a realizar lo que el Maestro Ávila le aconseja.

Comienza desde ese día la dirección espiritual con el santo Hospitalario hasta el final de su vida.

Es san Juan de Ávila un insigne bienhechor de la hospitalidad, se le ve pedir limosna al mismo santo para el hospital de Granada. San Juan de Dios es uno de los santos más trabajado y cercano al Maestro Ávila.

–¿En qué medida se puede divulgar mejor la figura de este santo español?

–Martínez: Es una figura señera y maestro de espiritualidad, con una doctrina profunda, segura y certera en el itinerario espiritual.

Lo mejor es leer sus obras, conocer su vida y difundirla por todos los medios (incluidas sus traducciones).

El proceso para proclamarlo el Papa como «Doctor de la Iglesia» está muy avanzado y prácticamente finalizado. Hay una Comisión Episcopal Española encargada de llevar a puerto tal nombramiento.

Se debe profundizar en su doctrina y al conocerla nos llevaría a ser más conocida su figura insigne. Es ya muy estimado por el clero y religiosos, como persona de tanta valía en el plan doctrinal.

Sería muy necesario que se difundiera por pequeñas biografías, folletos y otros medios que lleguen al pueblo llano y fiel, la verdad es que no tiene detrás una Institución que lo haga, luego debemos de ser todos aquellos que tanto lo veneramos y valoramos los que nos esforcemos en darlo a conocer, tu también lo puedes hacer.

Quiera el Señor que el Papa pronto lo proclame «Doctor de la Iglesia», como merecido lo tiene.

[La Conferencia Episcopal Española ha creado una página web dedicada a la promoción de esta proclamación en http://www.conferenciaepiscopal.es/juanavila/default.htm]

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ZENIT Staff

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