Un ejemplo reciente de esta mentalidad es el ensayo publicado en «The
Guardian» (5 febrero) por Johnjoe McFadden, profesor de Microbiología
Molecular en la Universidad de Surrey. Según McFadden, si no adoptamos la
ingeniería genética, nos convertiremos en una especie enfermiza y frágil
Su razonamiento se basa en la teoría darwiniana de la selección natural.
Durante millones de años, explica, los fuertes han sobrevivido mientras que
los débiles han perecido, y ésto «nos ha convertido en los animales con
éxito que somos hoy». El problema actual es que la medicina permite que
quienes tienen defectos genéticos sobrevivan y se reproduzcan y, aunque
tenemos más salud que en el pasado, nuestro patrimonio genético no está
mejorando.
La respuesta, según McFadden, es adoptar la nueva tecnología que permitirá
modificar el código genético humano, con lo que podremos evitar la
degeneración.
Batch 28
Otro modo de «mejorar» la raza humana es mediante una procreación
selectiva. «The Telegraph» (6 de febrero) contaba la vida de Doron Blake,
uno de los primeros norteamericanos fruto del diseño de niños. Doron
-actualmente en la Universidad en Portland, Oregon- fue concebido usando
semen seleccionado especialmente para darle un alto cociente intelectual y
hacer de él un genio de la ciencia, música y artes visuales.
En parte, el proyecto ha tenido éxito. En los exámenes de su escuela, sacó
la máxima puntuación en Matemáticas, toca el piano, la guitarra y la cítara
con facilidad. Sabe su origen desde que tenía cinco años, cuando se le hizo
la última prueba de medición del cociente intelectual. «Era en torno a 180,
no estoy seguro», explicó Doron. Sin embargo, ha tenido dificultades
emocionales y tartamudea. La ciencia le parece aburrida y la materia
elegida para su graduación es Religión Comparada.
La concepción de Doron forma parte de un proyecto del «Repository for
Germinal Choice», una institución fundada al sur de California, en 1980,
conocida como el «Banco de Semen de Genios». Su padre era solamente
conocido como Batch 28. El fundador de la clínica, Robert Graham, tras
hacerse rico, fundó el centro con el fin de ayudar a la raza humana a
mejorar su herencia genética.
La idea era reunir el semen de los mejores intelectuales del mundo
-ganadores de premios Nobel, profesores, grandes artistas y músicos- y
ofrecerlo a mujeres interesadas en tener niños que podían llegar a ser
genios. Entre los primeros donantes, el único que hizo pública su
intención, fue el premio Nobel de Física William Shockley, que proclamó
abiertamente su creencia en que los negros son genéticamente inferiores a
los blancos.
La madre de Doron, Afton Blake, es una psicóloga del movimiento «New Age»,
hippy irreducible que nunca se casó y fue de las primeras clientes de la
clínica. Doron fue el segundo de 230 niños concebidos.
Selección de embriones
Otro modo de practicar la eugenesia es eliminar a aquellos considerados
inferiores. El «New Zealand Herald» (22 enero) describía un proyecto para
realizarlo que ha recibido aprobación oficial. El doctor Bert Stewart, de
«Auckland Fertility Associates», dijo que habían recibido autorización de
la comisión ética del Ministerio de Sanidad para hacer un estudio viable,
basado en un programa que seleccionará embriones defectuosos antes del
nacimiento.
Manifestó que el programa controla los cromosomas de las células
embrionarias con el fin de seleccionar embriones defectuosos que cuentan
con pocas probabilidades de llegar a ser niños o que darían lugar a niños
con graves deficiencias. El doctor Stewart dijo que el programa supondrá un
gran cambio para las parejas que tratan de tener hijos a través del
tratamiento de Fecundación In Vitro (FIV).
Mientras tanto, un grupo de científicos británicos ha desarrollado un test
que permite a los médicos seleccionar embriones con bajo índice de
inteligencia. Según el «Sunday Times» (26 noviembre), la batería de pruebas
puede identificar una serie de defectos genéticos que se sabe crearán
dificultades de aprendizaje. La batería ya ha sido adaptada para su uso por
parte de médicos en Estados Unidos y en España. Será aplicada a familias
que se supone han heredado el riesgo de tener un defecto genético. Usando
técnicas de fecundación asistida, los médicos estadounidenses y españoles
seleccionan entonces sólo los embriones perfectos para ser reimplantados en
el útero.
Este método ha sido rechazado por algunos expertos que temen que se cree
una mentalidad de rechazo a los niños con menor índice de inteligencia.
«Existe una urgente necesidad de regular en qué casos es legítimo el uso de
este tipo de diagnosis genética», dijo Richard Nicholson, el editor del
Boletín de Etica Médica. «El bajo cociente de inteligencia no es una
amenaza para la vida. Es un paso significativo hacia la eugenesia».
Hay ya signos de que, en algunos círculos, tener un bajo cociente de
inteligencia se ve como el motivo para poner a una persona la marca de
sub-humana. El «Conservative News Service» (15 enero) informaba de que el
presentador de una tertulia televisiva, Bill Maher, en un reciente programa
donde se hablaba de paternidad, observó que los perros y los niños con
deficiencia psíquica eran equiparables.
El show, emitido el 11 de enero pasado, contaba con cuatro invitados que
debatían sobre las responsabilidades parentales. En cierto momento, Maher
le dijo a un invitado que él tenía dos perros, pero no hijos, y añadió: «A
menudo he dicho que si yo tuviera dos hijos retardados, sería un héroe, y
los perros, ¿no son la misma cosa?» Maher siguió describiendo a los niños
con deficiencia psíquica como «encantadores», «adorables» y «amables», pero
mentalmente no superan a los canes. «Los perros son como niños retardados»,
dijo.
Defensores de la eugenesia
En un nivel más intelectual, la eugenesia también está ganando renovada
popularidad. La edición invernal de la revista «The Public Interest»,
publicaba un artículo del director ejecutivo, Adam Wolfson, donde afirmaba
que según el fundador de la Sociobiología, el profesor de Harvard Edward O.
Wilson, dentro de algunas décadas entraremos en una era de «evolución
volitiva», una vez lograda la habilidad para «alterar no sólo la anatomía y
la inteligencia de la especie sino también las emociones y el principio
creativo, que es el verdadero núcleo de la naturaleza humana».
Se han elevado voces influyentes, indicaba Wolfson, en favor de esta
evolución guiada por medio de la ingeniería, entre ellas la del experto en
ética Ronald Dworkin. En su último libro, «Sovereign Virtue», Dworkin
deduce un imperativo eugenésico de los principios liberales de equidad y
autonomía. En cuanto al principio de equidad, Dworkin arguye: «Es
importante objetivamente que cada vida humana, una vez comenzada, tenga
éxito mejor que fracaso – que la potencialidad de esta vida se realice y no
que se desaproveche – y esta equidad es objetivamente importante en el caso
de cada vida humana». Y, respecto al principio liberal de autonomía,
Dworkin mantiene que una persona «tiene el derecho a tomar decisiones
fundamentales que definen, para ella, lo que es una vida con éxito».
Tomados juntos, estos dos principios liberales, desde el punto de vista de
Dworkin, remiten a una nueva eugenesia.
No son sólo los liberales los que respaldan la eugenesia, observaba
Wolfson. La revista libertaria «Reason» y la más tradicional conservadora
«National Review» han publicado artículos que a
poyan la nueva eugenesia. Un
respaldo debido a la influencia del individualismo en algunos círculos
conservadores. Es una mentalidad que defiende el derecho de cada uno a
hacer sus propias opciones privadas.
Wolfson indica que nuestra visión del hombre está saturada de categorías de
pensamiento tecnológicas. Ha llegado el momento de tener una visión más
perfecta de la persona humana, basada en el humanismo cristiano, que
impulsa a ofrecer argumentos convincentes para el rechazo de la nueva ola
de eugenesia.
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