MOSCÚ, 6 mayo 2001 (ZENIT.org).- Contradiciendo las previsiones, el arzobispo ortodoxo de Atenas y Juan Pablo II vivieron un momento de oración común, a pesar de que en un primer momento los representantes ortodoxos habían excluido tajantemente esta posibilidad.
El episodio tuvo lugar en la noche del 4 de mayo, según refirió este sábado Joaquín Navarro-Valls, en el vuelo de la capital griega a Damasco.
De hecho, en el programa oficial de la visita papal no se había reservado ningún momento de oración común entre los dos líderes cristianos. Para algunos sectores radicales de la Iglesia ortodoxa griega no es posible rezar con exponentes de la «herejía» católica.
Al final del tercer encuentro entre Juan Pablo II y el primado de la ortodoxa griega, mientras se despedía la delegación guiada por Su Beatitud Cristodoulos, el Papa propuso: «¿Por qué no rezamos juntos el Padrenuestro en griego?». El arzobispo acogió con gusto la propuesta.
El acontecimiento ha tenido lugar tras la petición de perdón a la Ortodoxia lanzada por el Papa. De hecho, según explicó Navarro-Valls, el primado ortodoxo griego, en ese encuentro privado con el obispo de Roma, dijo: «Estamos orgullosos por esta visita. Se abre una nueva era».
Según la edición italiana del domingo de «L´Osservatore Romano», diario oficioso de la Santa Sede, este momento ha sido «uno de los más significativos de la peregrinación». «Un gran testimonio de comunión realizado con sencillez» en un día «histórico e inolvidable».