Vaticano: La respuesta a los atentados no puede derramar sangre inocente

Navarro-Valls denuncia que sus palabras han sido tergiversadas

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CIUDAD DEL VATICANO, 28 septiembre 2001 (ZENIT.org).- El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, ha denunciado la manipulación que algunos medios de comunicación han hecho de sus declaraciones presentándolas como un apoyo a toda operación militar que podría lanzar Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre.

La cadena de televisión estadounidense, CNN, refiriéndose a una entrevista del portavoz vaticano, abrió titulares con las contundentes palabras: «Luz verde del Vaticano a las bombas».

«Se trata de una simplificación injustificada», explicó este jueves Navarro-Valls poco antes de salir de Erevan, al concluir la visita pastoral número 95 de Juan Pablo II a Kazajstán y Armenia.

«Nadie ha dicho nunca «haced lo que os parezca´´ –explicó el director de la Oficina de Información de la Santa Sede en una entrevista concedida al canal de televisión mexicano «Televisa»–, porque existe una ética cristiana bien precisa sobre la legítima defensa, que tiene en cuenta la proporcionalidad del acto y que exige no verter sangre de víctimas inocentes».

«No se trató de dar luz verde a los ataques, sino que hablé del concepto de la prevención activa contra una amenaza ya manifestada con horror hace dos semanas y que puede repetirse», aclara el portavoz vaticano.

Navarro Valls apunta que los continuos llamamientos a la paz de Juan Pablo II durante estos días pretenden advertir de que «las acciones que se están preparando no deben ser un enfrentamiento con el Islam».

«Quien ve al Papa como un pacifista a ultranza o un partidario de la intervención se equivoca –sigue diciendo–. La Iglesia interviene para ofrecer elementos éticos a quienes deben tomar las decisiones».

La tergiversación de las palabras del portavoz tuvo después de que el pasado 24 de septiembre concediera una entrevista a la agencia Reuters en la que afirmaba: «Es verdad que, si alguno ha herido gravemente a la sociedad y existe el peligro de que en caso de que quede en libertad pueda hacerlo de nuevo, tienes el derecho de defender la sociedad de la que estás al frente, aunque esto signifique que los medios que utilices puedan ser agresivos» (Cf. Zenit 24 de septiembre de 2001)

«A veces la autodefensa implica una acción que podría llevar a la muerte de una persona», aclaró.

«O las personas que se han manchado con un crimen horrendo son puestas en condiciones de no seguir haciendo el mal –concluyó–, siendo entregadas a la justicia y encarceladas, o el principio de la autodefensa se aplica con todas sus consecuencias».

En las últimas declaraciones a «Televisa», Navarro-Valls insistió en que una acción contra el terrorismo «no es un ataque, sino una acción de prevención activa contra una amenaza que ya se ha manifestado y podría repetirse».

Con el objetivo de dejar clara la posición, se encontró también con la prensa el pasado martes el arzobispo argentino Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, quien sintetizó en tres puntos el pensamiento del Papa.

«El Papa respeta el Islam, como ha afirmado en muchas ocasiones y en particular en estos días –explicó–; se pone del lado de la paz, que es un bien supremo; el terrorismo es un peligro para todos, no sólo para Estados Unidos».

Dos días después de los atentados, el 13 de septiembre, al recibir al nuevo embajador de Estados Unidos ante el Vaticano, Juan Pablo II afirmó: «Rezo para que este acto inhumano despierte en los corazones de todos los pueblos del mundo el propósito firme de rechazar los caminos de la violencia, de combatir el odio y la división en la familia humana, y de trabajar por la llegada de una nueva era de cooperación internacional inspirada en los más elevados ideales de solidaridad, justicia y paz».

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ZENIT Staff

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