Subrayando que católicos y musulmanes se reúnen con regularidad y se unen en muchos proyectos cívicos, la declaración afirma: «Creemos que el único Dios nos llama a ser gentes de paz».

«No hay nada en nuestras Sagradas Escrituras, en nuestra comprensión de la revelación de Dios, que justifique los actos de terrorismo cristianos o islámicos, y el rompimiento de millones de vidas que hemos visto esta semana», añaden los líderes islámicos y católicos.

«Juntos condenamos estas acciones como perversas y diametralmente opuestas a la verdadera religión», aclaran.

«Estamos plenamente comprometidos los unos con los otros como amigos, creyentes y ciudadanos de esta gran tierra --sigue diciendo la declaración conjunta--. Detestamos todos los actos terroristas y odiamos los crímenes e imploramos a todos los ciudadanos estadounidenses que se abstengan de caer en la mentalidad y la inmoralidad de quienes perpetraron los crímenes del martes (11 septiembre 2001)».

Firman la declaración el obispo de Orange, monseñor Tod D. Brown, presidente de la Comisión Episcopal para Asuntos Ecuménicos e Interreligiosos de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos; Muzammil H. Siddiqi, de la Sociedad Islámica de Norteamérica; Aly R. Abuzaakouk, director ejecutivo del Conejo Islámico Americano; Sayyid M. Syeed, secretario general de la Sociedad Islámica de Norteamérica; Naeem Baig, secretario general del Círculo Islámico de Norteamérica; el Imán W. D. Mohammed de la Sociedad Musulmana Americana.