CIUDAD DEL VATICANO, 30 octubre 2001 (ZENIT.org).- Al recibir en la mañana de este martes al líder palestino Yasser Arafat, Juan Pablo II hizo un llamamiento a abandonar la violencia y a emprender el camino del diálogo y del derecho, como solución al conflicto que ensangrienta Oriente Medio.

Según ha informado el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, el presidente de la Autoridad Palestina vino al Vaticano para informar «sobre la preocupante situación en los Territorios palestinos, haciendo referencia en particular a los últimos acontecimientos trágicos que han afectado incluso a los santos lugares de la cristiandad».

La televisión pública israelí mostró el 20 de octubre los impactos de bala que sufrió la Basílica de la Natividad de Belén, durante enfrentamientos provocados por la reocupación israelí de varias ciudades de Cisjordania, tras el asesinato de un ministro de extrema derecha por parte de terroristas palestinos.

Según explica Navarro-Valls, durante la audiencia, que duró unos veinte minutos, Arafat «expresó claramente el deseo de paz de las poblaciones palestinas, condenando toda forma de terrorismo»

Por su parte, continua aclarando el portavoz vaticano, «Su Santidad, al expresar su pésame por las numerosas víctimas de la interminable espiral de violencia, renovó el llamamiento para que todos abandonen las armas y retomen las negociaciones».

«El Santo Padre --concluye el comunicado de prensa firmado por Navarro-Valls-- repitió la bien conocida posición de la Santa Sede que privilegia el diálogo, el cumplimiento del derecho internacional, sin olvidar el necesario compromiso de la comunidad internacional para asegurar a los pueblos de la región respeto recíproco y seguridad para todos».

El presidente palestino llegó a Roma después de que Israel comenzara un retiro parcial de sus tropas de Belén. En la mañana de este martes, las fuerzas israelíes rodeaban todavía Jenín y otras cinco ciudades de Cisjordania.

En declaraciones a la prensa concedidas en la noche del lunes, Arafat opinó que este retiro es un buen signo para el proceso de paz, y consideró que ha sido posible gracias a la presión ejercida ante Israel por Estados Unidos, Europa, Rusia y las Naciones Unidas.

El Papa Wojtyla y Arafat ya se han encontrado once veces en el Vaticano. Se habían entrevistado además durante el viaje pontificio a Tierra Santa, en marzo del año 2000.

Como es costumbre en este tipo de encuentros, los dos líderes se intercambiaron regalos. El Papa ofreció al representante palestino un icono; Arafat por su parte le entregó un belén hecho con perlas.