BOGOTÁ, 18 marzo 2002 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el comunicado de prensa que ha hecho público monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana y arzobispo de Medellín tras el asesinato este sábado de monseñor Isaías Duarte Cancino, arzobispo de Cali.
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En el país no salimos del asombro ante la muerte violenta de Monseñor Isaías Duarte Cancino, arzobispo de Cali. Ante este hecho tremendamente doloroso me permito declarar
1.- Siento dolor de hermano por el asesinato del hermano en el episcopado. La rica experiencia de fraternidad de la Asamblea del Episcopado, que culminó hace una semana, nos permitió ver el valor de la unidad de nuestra Conferencia. Ahora más que nunca nos sentimos una sola gran familia que llora el crimen contra uno de sus miembros. Con todos y cada uno de los obispos, nos unimos para alentarnos unos a otros en la fe, el amor y la esperanza.
2.- Trato de interpretar qué significa para Colombia este doloroso acontecimiento. Creo que quienes lo han realizado buscan sembrar en todos nosotros mayor confusión para que reinen el caos y el desconcierto.
Sin embargo desde la fe veo que tengo que convocar, a todos los colombianos sin ninguna excepción, a la esperanza, a la solidaridad, a la búsqueda de la unidad para que, ahora más que nunca, comprendamos que somos una sola gran familia, desde luego por nuestra condición de seres humanos e hijos de Dios.
3.- En la muerte de Monseñor Isaías veo la realización de las palabras mismas del Señor Jesús en su Evangelio: «El buen pastor entrega su vida por las ovejas» (Jn 10,11). Sin hacer análisis de los móviles que hayan tenido quienes cometieron este crímen, sí debo reconocer que la claridad, la sinceridad, la valentía de Monseñor Duarte debieronil rcsultar incómodas para muchos. Monseñor Isaías amó a la Iglesia y guardó fidelidad al Evangelio del Señor Jesucristo hasta el final.
4.- Expreso, en nombre de mis hermanos obispos, miembros de la Conferencia Episcopal de Colombia, mi fraterna solidaridad con toda la Iglesia que peregrina en Cali: los Señores Obispos Auxiliares, los sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y fieles todos. Hago llegar a la familia del difunto Señor Arzobispo, estos mismos sentimientos.
Convoco a los fieles de la Arquidiócesis de Medellín y de toda Colombia a la oración a fin de que el Señor nos conceda la serenidad que necesitamos para salvar a Colombia en este momento. Que Jesucristo nos regale sentimientos de perdón y reconciliación que sean caminos de paz.
Que la muerte de este queridísimo pastor de la Iglesia Católica haga renacer la esperanza en los corazones de todos los que creemos en el Señor Resucitado.
Medellin, 16 de marzo de 2002
+ Alberto Giraldo Jaramillo
Arzobispo de Medellín
Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana