ANKARA, 5 noviembre 2002 (ZENIT.org).- Los resultados de las elecciones políticas en Turquía de este domingo, en las que ha ganado el Partido neoislámico Justicia y Desarrollo (AKP), no son una sorpresa, afirma el portavoz de la Conferencia Episcopal Turca.

Monseñor Georges Marovitch, explica que el AKP «representa al Islam moderado y está abierto al diálogo. El mismo presidente del Partido, Recep Tayyip Erdogan (48 años), ha afirmado que él y su partido trabajarán a favor de la entrada de Turquía en la Unión Europea».

«La esperanza --afirma monseñor Marovitch en declaraciones públicas-- es que estos resultados traigan beneficios a la nación. En particular, las leyes contenidas en la serie de reformas lanzada el mes de agosto contienen artículos que afectan a las fundaciones religiosas. El proyecto de ley no es muy claro, por eso esperamos que sea aclarado con el nuevo Gobierno»

Con el 34,4 por ciento de los votos, el partido de Erdogan obtiene 363 de los 550 escaños del Parlamento, mientras el Partido Republicano del Pueblo (PRP), del socialdemócrata Deniz Baikal, ocupa los restantes, al quedar el resto de formaciones fuera de la Cámara por no obtener el mínimo del 10 por ciento de sufragios.

Según el portavoz episcopal, la gran sorpresa han sido los malos resultados de estos partidos tradicionales que hasta ahora estaban en el poder: el Partido Democrático de Izquierda (DSP, izquierda nacionalista), Acción Nacionalista (MHP, ultranacionalista) y Madre Patria (ANAP, centroderecha).

Erdogan recalcó este lunes que su partido, «como está escrito en nuestro programa, no es un grupo religioso, y nuestra actuación lo demostrará en el futuro».

Como primera medida, Erdogan anunció que su organización tiene previsto «aplicar un plan económico que permita la integración en el mundo de Turquía», que sufre la crisis más grave desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.

Fundado hace poco más de un año como heredero de un partido islamista prohibido, el AKP participaba por primera vez en las elecciones.

Erdogan, ex alcalde de Estambul, no podrá convertirse en primer ministro y sólo será diputado, pues la Justicia le impidió desempeñar cargos de gobierno a raíz de una condena por «incitación al odio religioso».

De los más de 67 millones de habitantes de Turquía, el 99.8% de la población es musulmana, en su mayoría sunní.