MONTERREY, 4 abril 2003 (ZENIT.org).- Al intervenir en el Congreso Continental Iglesia e Informática que se celebra en Monterrey, el cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación vaticana para el Clero, presentó un análisis del fenómeno religioso en Internet y ofreció pautas para la evangelización en la era digital.
El purpurado colombiano comenzó constatando que las páginas religiosas en Internet son sumamente numerosas, pero «¿Nos encontramos ante verdaderos sitios religiosos o ante creaciones consumistas hechas a la medida del hombre de hoy? », se preguntó ante todo.
En su respuesta, el cardenal ofreció cuatro características propias del fenómeno religioso en la web.
Ante todo, constató que existe un «secularismo virtual». «En muchos sitios-web de aspecto aparentemente religioso sólo encontramos una pseudosacralidad –constató–. La secularidad se presenta no ya como ausencia de elementos sagrados, sino como ofrecimiento, casi comercial, de religiones sin sacro o con un concepto irreal de lo sacro, hecho a la medida del ser humano».
En segundo lugar describió el «relativismo on line». En Internet, reconoció, «nada es absoluto, ni siquiera la verdad. Al entrar en la Red, el navegante encuentra múltiples propuestas de felicidad que se le ofrecen con argumentos muy atractivos, con múltiples promesas de una vida mejor, de superación personal, pero sin referencia a la verdad de sus contenidos. Es más, para un hombre de hoy, hablar de verdad resulta casi de mal gusto».
La tercera característica de la religiosidad en Internet es el «sincretismo digital», afirmó. «Desde el punto de vista religioso, Internet se presenta como un instituto de belleza interior, como un gimnasio psico-físico en el que se reciben extraordinarias lecciones de sabiduría comprimida».
Por último, el cardenal analizó la relación entre «Web y libertad» como aspecto particular del fenómeno religioso en Internet.
«Internet es como el altar en el que se rinde culto al concepto de libertad nacido en los albores de la última modernidad, donde esta palabra ha asumido diferentes características míticas», dijo.
Tras analizar el fenómeno religioso, el cardenal presentó algunas claves para evangelizar en la era digital.
Ante todo insistió en la necesidad de «evangelizar desde Internet», como expresión del «deber de la Evangelización» propio de todo cristiano. En este sentido, recordó que «el encuentro personal con Cristo es la clave de toda auténtica Evangelización».
«Esta es la clave de bóveda de toda Evangelización: abrir la puerta de la fe para que Cristo, el Redentor, entre en nuestras vidas», explicó.
A continuación, afrontó «la vida de Iglesia on line» reconociendo que mucha gente alejada hoy ve la Iglesia como «una institución llena de imposiciones, legalista». No comprende que esas «leyes» son «camino de libertad, de una libertad que debe ir guiada por el amor».
«¿Y la Iglesia, o sea nosotros, qué hace? –preguntó–. La Iglesia tiene que abrirles sus puertas y mostrarles el amor del Padre que vive en ella. Y eso lo puede hacer, lo debe hacer, también a través de Internet».
Por último, para evangelizar en Internet, abogó por «una nueva forma de inculturación». «La Iglesia tiene el deber de aprender los nuevos protocolos comunicativos y los nuevos lenguajes telemáticos para poder continuar su diálogo con la humanidad –afirmó–. Sólo así podrá establecer un verdadero diálogo con el hombre de hoy en un medio como Internet que es esencialmente interactivo».
El Congreso Continental Iglesia e Informática, «Hacia una red humana de respuestas y ayudas», puede seguirse en http://www.iglesiaeinformatica.org.mx/.