CIUDAD DEL VATICANO, 8 julio 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha confirmado oficialmente este martes que todavía no se han decidido las fechas para un posible viaje de Juan Pablo II a Mongolia.
«Puedo confirmar que el Santo Padre ha sido invitado por el Gobierno de Mongolia y por el prefecto apostólico de Ulan Bator a realizar una visita pastoral a ese país», declara Joaquín Navarro-Valls, portavoz vaticano, en una nota de prensa.
«La invitación ha sido muy apreciada, pero tengo que precisar que todavía no se ha tomado una decisión sobre la fecha de ese viaje. Por tanto, la noticia de una visita a la capital mongola para el próximo mes de agosto no es confirmada», añade el director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
En febrero pasado, monseñor Renato Boccardo, jefe de Protocolo vaticano con encargos especiales, viajó a Mongolia para estudiar la posible organización de la visita.
El presidente de la República de Mongolia Natsagiyn Bagabandi invitó al Santo Padre a viajar al país cuando visitó el Vaticano, el 5 de junio de 2000. El motivo de la visita pontificia sería «la inauguración de la catedral católica en la capital».
República asiática situada entre Rusia y China, Mongolia cuenta con unos 2.600,000 habitantes, de los cuales el 96% son budistas, y el 4% musulmanes.
Tiene una de las comunidades católicas más pequeñas del mundo, que ha comenzado a surgir tras el final del régimen comunista en los años noventa. En estos momentos cuenta con menos de doscientos católicos, que dependen de la prefectura apostólica de Ulan Bator, cuyo prefecto es el sacerdote filipino Wencesla Padilla, de la Congregación del Corazón Inmaculado de María (misioneros de Scheut).
La asistencia espiritual tiene lugar gracias a una parroquia, 9 sacerdotes y 17 religiosas (entre ellas misioneras de la Madre Teresa de Calcuta), 5 centros educativos y un instituto de beneficencia. En el último año se bautizaron 20 nuevos católicos.
Mongolia y la Santa Sede entablaron relaciones diplomáticas en 1997.
Se esperaba que con motivo de este viaje, el Papa hiciera escala en Kazán (capital de la República autónoma rusa de Tatarstán, a 800 kilómetros al Este de Moscú) para entregar al patriarcado ortodoxo ruso el icono de la Virgen de Kazan, custodiado desde hace años en el Vaticano.
Kazan celebra el milenio de su fundación en 2005 y las autoridades administrativas y de la República, de mayoría musulmana, han invitado oficialmente a Juan Pablo II. Por el momento, sin embargo, la Iglesia ortodoxa rusa se ha opuesto a este viaje.
Como confirmó el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, acompañando a Juan Pablo II a Croacia, el 5 de junio, la etapa del Papa en Kazan valdría la pena si permitiera un encuentro «de alto nivel» con las autoridades ortodoxas rusas.
Hay que tener en cuenta, además, que el patriarca Alejo II de Moscú está en estos momentos
enfermo.
Por el momento, fuentes vaticanas consultadas por Zenit confirman: «El Papa quiere ir a Mongolia».