«La fe cristiana ayuda a los políticos a ser más responsables»

Entrevista con el nuevo obispo de La Seu d’Urgell

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VERITAS).- El obispo de Urgell y copríncipe de Andorra –el pequeño Estado de los Pirineos– juró la Constitución ante el parlamento andorrano el pasado 10 de julio, un mes después de tomar el relevo de monseñor Joan Martí Alanis al frente de esa diócesis.

De este modo, monseñor Joan Enric Vives se ha convertido en el único obispo del mundo, junto al de Roma, que ostenta un cargo de jefe de Estado.

–Veritas: Hace dos años que llegó desde Barcelona a La Seu d’Urgell para ir conociendo la diócesis que ahora encabeza como obispo. ¿Se ha habituado ya a la vida en los Pirineos?

–Joan Enric Vives: El tiempo que ha transcurrido, tanto como obispo coadjutor al lado del arzobispo Joan Martí como los meses de la sucesión, me han dado un buen bagaje para afrontar el futuro inmediato de la diócesis y todo el trabajo al servicio de esta iglesia milenaria. Y para afrontarlos con ilusión y esperanza fundamentadas en el mandato apostólico del mismo Jesucristo, que es quien envía a los apostóles.

–Veritas: Urgell es la diócesis más extensa de Cataluña, pero cuenta con 185.000 habitantes y muy dispersos, producto de una progresiva despoblación. ¿Cómo es el trabajo pastoral en estas circunstancias?

–Joan Enric Vives: Efectivamente, provenimos de un mundo rural que se fue despoblando pero que ahora está recibiendo mucho turismo y acogiendo numerosas segundas residencias. Esto hace que la población en la que queremos sembrar la semilla del evangelio sea compleja: hay pueblos pequeños y muchas personas mayores, pero también nuevas generaciones muy influidas por los medios de comunicación y el cambio cultural tan fuerte.

Un objetivo prioritario del trabajo en la diócesis será precisamente el servicio pastoral a los pueblos pequeños desde las capitales de comarca.

También la acogida a todos los que nos visitan por turismo a lo largo del año, que proponga un tiempo de vida en familia, de descanso pero también de apertura a Dios y de reflexión personal.

Para hacerse una idea de los turistas que acogemos, debo decir que sólo Andorra recibe doce millones de visitantes al año. También son muy turísticos el Valle de Arán y el de Núria, la Cerdanya y los Pallars.

–Veritas: Urgell también cuenta con un importante patrimonio artístico, ¿Cómo lo aprovechan?

–Joan Enric Vives: Somos una iglesia antigua, llena de tesoros del arte románico, de una época en que el arte está totalmente ligado a la teología. Se realizaban esculturas, pinturas, ermitas y catedrales para que la alabanza a Dios y su imagen se reflejara en este arte. Sólo hay que ver las iglesias y pinturas del Valle de Boí, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Es un arte al servicio de la catequesis y de los valores religiosos y, desde esta perspectiva, el patrimonio artístico de la diócesis de Urgell puede ser también un estímulo para nuevas creaciones artísticas, que no olviden la belleza y la transparencia de Dios, Autor de todo.

Quisiera que los turistas, a partir de la contemplación de este arte, se pudieran sentir atraídos por los valores trascendentes que este arte expresa.

–Veritas: La despoblación y la baja natalidad han provocado escasez vocacional durante un largo periodo, ¿Cómo afronta la necesidad de sacerdotes y personas consagradas en Urgell?

–Joan Enric Vives: Suscitar nuevas vocaciones es un objetivo prioritario de mi servicio episcopal y ya apuntan signos de esperanza: tenemos tres seminaristas y el curso que viene entrarán tres más al Seminario interdiocesano. Además, con los sacerdotes de la diócesis estamos dando prioridad a que resuene entre los adolescentes y jóvenes la llamada del Señor a seguirle del todo y para siempre.

Hemos recibido la ayuda de seminaristas venidos de Colombia, país al que Urgell ayudó y ayuda con misioneros. Y hoy ya son doce los sacerdotes ordenados provenientes de este país. Es valiosa esta ayuda y su esfuerzo de incardinación en la tradición eclesial catalana. Urgell está abierta a vocaciones venidas de fuera, pero queremos promover especialmente las nuevas vocaciones surgidas en nuestras propias comunidades cristianas.

–Veritas: Otra característica muy peculiar de Urgell es la relación con Andorra. ¿Cómo compagina su responsabilidad política de copríncipe con su vivencia de obispo?

–Joan Enric Vives: El obispo de Urgell y la iglesia diocesana han prestado durante muchos siglos este servicio a la nación andorrana, de ser el copríncipe, el jefe de Estado paritariamente y conjuntamente con el Presidente de la República Francesa. Espero que la sociedad andorrana y sus autoridades, ya que en la Constitución democrática de 1993 han deseado mantener la figura de los Copríncipes, continúen haciendo posible que un obispo de la iglesia católica pueda ser jefe de estado. Yo intentaré siempre servir a la soberanía y la independencia de este pequeño país pirenaico.

Ser apóstol de Jesucristo me estimula a aportar, a mi misión de jefe de estado, los valores morales y religiosos que dimanan del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia. Y estoy convencido de que la fe cristiana ayuda a los políticos a ser todavía más responsables y a servir mejor al pueblo.

–Veritas: Después de ocho años como obispo auxiliar de Barcelona, ha pasado casi dos más como obispo coadjutor junto al arzobispo Joan Martí Alanis ¿Cuál ha sido su experiencia al lado de su predecesor?

–Joan Enric Vives: Tanto del Arzobispo de Barcelona, el Cardenal Ricardo María Carles como del Arzobispo Joan Martí, he aprendido a ejercer el ministerio episcopal con entrega de todas mis fuerzas, siempre cerca del pueblo de Dios, sirviendo responsablemente a la comunidad cristiana, y he intentado estar muy atento a la sociedad civil y a los medios de comunicación social.

Vivir en la misma casa y bien cerca del arzobispo Martí me ha permitido experimentar la comunión episcopal muy hondamente y creo que esto ha beneficiado a nuestro presbiterio y a toda la diócesis. A mí me ha tratado como un padre y un hermano y yo siempre le estaré agradecido. Además he aprendido mucho de él, tanto en lo referente a la diócesis como al ejercicio del coprincipado de Andorra.

Es muy importante testimoniar que los obispos y los presbíteros nos queremos y vivimos la comunión eclesial, porque así mostramos que la Iglesia es «la casa y la escuela de la comunión», como afirma Juan Pablo II en «Novo Millennio Ineunte».

–Veritas: ¿Cómo ve usted la Iglesia que camina en Cataluña?

–Joan Enric Vives: Las ocho diócesis que tienen su sede en Cataluña hemos trabajado desde hace muchos años pastoralmente hermanadas, siempre atentas a la cultura catalana del pueblo, y creo que ahora y en el futuro debe mantenerse este trabajo, y en la medida que convenga, incrementarlo para que el anuncio de Jesucristo resuene con fuerza en la sociedad catalana y sea proclamada y vivido por unas comunidades que se quieren y que son solidarias unas de otras.

Habrá que ser valientes y audaces para hacer realidad la nueva evangelización que el Papa nos propone, fortaleciendo una espiritualidad arraigada en la vida, promoviendo todas las vocaciones, defendiendo los valores de la familia cristiana y animando a los laicos a estar presentes y activos en la sociedad.

A una secularización cultural bastante agresiva hacia los valores cristianos, hay que responder con diálogo inteligente y respetuoso, pero también con firmeza, convencimiento y presencia visible de los católicos y de las instituciones de la Iglesia católica.

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ZENIT Staff

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