LIMA, 2 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje de los obispos del Perú a los migrantes que se encuentran lejos de su patria y de sus hogares. El primer domingo de septiembre en el país se celebrará el Día del Migrante.
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Migrantes, mujeres y hombres en solidaridad
Amados hermanos y hermanas:
En el marco de la campaña de solidaridad COMPARTIR 2003, con el lema «Globalicemos la solidaridad con los migrantes», y en ocasión del Día del Migrante, primer domingo de septiembre, Nosotros, Obispos del Perú, renovamos nuestro cariño, aprecio y solidaridad con todos los que están lejos de nuestra patria y sus hogares.
Este año hemos querido dedicar a Uds. la campaña COMPARTIR, promovida por la Conferencia Episcopal Peruana porque sabemos de sus dolores, angustias y soledades, y queremos manifestarles nuestra solidaridad para que no les falte la fe, el ánimo y la esperanza en sus vidas de migrantes.
La campaña COMPARTIR 2003 es un momento fuerte de evangelización y de concientización de todo el Perú y de todos los peruanos sobre la realidad de los migrantes y de sus familias, las causas y consecuencias de la migración, así como generar iniciativas de acogida, apoyo y solidaridad con todos ustedes que de alguna forma padecen por causa de la migración.
Con los resultados de la presente campaña, fomentaremos iniciativas y proyectos de apoyo y solidaridad por parte de las Diócesis del Perú, grupos de migrantes e instituciones en el vasto campo de la migración. Que esta iniciativa sea el inicio de un auténtico cambio de una mentalidad individualista, cerrada y discriminatoria a una mentalidad más comunitaria, abierta al diálogo y solidaria con el que sufre. Ustedes son los primeros en enseñar al mundo la acogida, la apertura y la solidaridad.
Somos conocedores de la generosidad que Uds. tienen con su familia y con el Perú, al enviarles las remesas económicas. Valoramos y agradecemos estos gestos de solidaridad, de esfuerzo y de superación que nos animan a soñar y construir un mañana mejor.
Nos solidarizamos con el Papa Juan Pablo II cuando, en su mensaje para la Jornada Mundial de los Emigrantes y Refugiados de este año, “exhorta a los inmigrantes a honrar a los países que los acogen, y a respetar las leyes, la cultura y las tradiciones de los habitantes que los han recibido. Sólo, de este modo, reinará la armonía social”.
También nosotros, los Obispos del Perú, expresamos nuestra gratitud a las Iglesias y a los agentes de pastoral que acogen y acompañan a nuestros compatriotas en sus comunidades.
Que la Fe viva en el Señor de los Milagros, primer Migrante con los migrantes, nuestras devociones a San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima… y nuestra tradicional piedad, sean fuente de esperanza, aliento en todos los momentos de su vida.
Que María, quien siempre se puso en camino (Lc 1,39) y tantas veces tuvo que dejar su hogar de Nazaret, les acompañe, proteja y bendiga, como Madre de todos los migrantes.
Lima 18 de agosto del 2003
+ Juan José Larrañeta Olleta, OP
Obispo Vicario Apostólico de Puerto Maldonado
Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana
+ Hugo Garaycoa Hawkins
Obispo de Tacna y Moquegua
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana