CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II presentó la belleza de la familia este domingo al canonizar a una italiana, médico, quien a los 39 años aceptó el riesgo de morir para no abortar a la niña que llevaba en su seno.
El Papa recordó a Gianna Beretta Molla (1922-1962), como una «sencilla pero particularmente significativa mensajera del amor divino».
«Pocos días antes de su boda, en una carta al futuro marido, escribía: «El amor es el sentimiento más bello que el Señor ha puesto en el espíritu de los hombres»», recordó el Papa en la homilía.
Sin esconder la emoción, escuchaban estas las palabras del Santo Padre el marido y los tres hijos de la nueva santa.
«Siguiendo el ejemplo de Cristo, que «habiendo amado a los suyos… los amó hasta el extremo», , esta santa madre de familia fue heroicamente fiel al compromiso asumido el día de la celebración de su matrimonio», recordó el pontífice.
«El sacrificio extremo que selló su vida testimonia cómo sólo quien tiene el valor para entregarse totalmente a Dios y a los hermanos se realiza personalmente», añadió
«¡Que nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina!», deseó.