JERUSALÉN, miércoles, 23 marzo 2005 (ZENIT.org).- La paz en Tierra Santa no pasa por la fuerza, sino por la solución de las causas del conflicto entre palestinos e israelíes, afirma el patriarca latino de Jerusalén en su mensaje para la Pascua de Resurrección.
En el texto, publicado este miércoles, Su Beatitud Michel Sabbah reconoce que «en estos días estamos experimentando un período de tranquilidad relativa y un deseo expreso de llegar a la paz» ».
Ahora bien, el patriarca ve problemas para la paz tanto por parte israelí como palestina.
Por lo que se refiere a los israelíes, denuncia «el ulterior desarrollo de colonias en lugar de su detención o abandono, la permanencia del asedio de las ciudades palestinas que siguen siendo prisiones, los prisioneros políticos que parecen olvidados».
En cuanto a los palestinos, el patriarca constata que «voces discordantes parecen amenazar la decisión de reclamar los derechos sin recurrir a la violencia».
«La seguridad para Israel es una prioridad, pero también la seguridad y la independencia de un Estado palestino son una prioridad. Y los dos están condicionados. No se puede dar una sin la otra».
«Pues la libertad es igual para todos, tanto para el fuerte como para el débil –señala–. El fuerte no puede pretender por el simple hecho de que es más fuerte eliminar al débil o imponerle una sumisión contraria a la dignidad de las personas o de los pueblos».
«Ha llegado la hora de convencerse de que ninguna parte puede vivir a expensas de la otra», insiste.
«Por otro lado, es inútil tratar de hacer la paz con el resto de la región antes de solucionar el corazón del conflicto entre palestinos e israelíes», afirma el patriarca, asegurando que «de la paz de Jerusalén dependerá la paz de toda la región».
«Cristo ha resucitado realmente. Alegrémonos. Sí, en medio de todas nuestras pruebas, se nos invita a alegrarnos y a vivir plenamente», concluye el patriarca de origen palestino.