CIUDAD DEL VATICANO, martes, 10 mayo 2005 (ZENIT.org).- Fuentes de «Radio Vaticano» han manifestado su «pesar» ante la sentencia de este lunes del tribunal de Roma que condenó a diez días de cárcel a responsables de la emisora por contaminación electromagnética.
Los condenados por la jueza Luisa Martone han sido el padre Pasquale Borgomeo, director general de la radio, y al cardenal Roberto Tucci, presidente del Comité de Gestión de la emisora hasta el año 2000.
La sentencia contempla, no obstante, la suspensión de la pena de os dos condenados.
Los responsables de «Radio Vaticano» también han sido condenados a pagar los gastos del proceso y una indemnización a distintas asociaciones civiles por los daños causados por dichas emisiones.
Por el mismo caso fue procesado el responsable de la emisión técnica de la radio de la Santa Sede, Constantino Pacifici, que ha sido absuelto por los jueces al considerar que no es responsable.
La Fiscalía había solicitado quince días de cárcel y era favorable a que se aplicara la cláusula de suspensión de la pena.
Los responsables de la emisora han anunciado que presentarán un recurso contra la sentencia, que considera «injustificada».
El director de programación de «Radio Vaticano», el padre Federico Lombardi, ha expresado en un comunicado «pesar por el hecho de que sus posiciones no han sido reconocidas como válidas ni acogidas por el Tribunal».
«»Radio Vaticano» siempre ha desarrollado su actividad en el marco de los acuerdos internacionales existentes con Italia», afirma el sacerdote, asegurando que «se ha atenido siempre a las recomendaciones internacionales en materia de emisiones electromagnéticas».
Recalcando que la emisora respeta «atentamente los límites previstos por la nueva normativa italiana», el padre Lombardi asegura que «no hay ningún motivo justificado de preocupación por parte de la población».
El comunicado concluye esperando que la Justicia italiana contribuya «a despejar el horizonte de las sombras que por demasiado tiempo han dañado la buena reputación y han contribuido a alimentar temores infundados».
La denuncia había sido presentada ante el Tribunal por un Comité ciudadano de Cesano, apoyado por el Partido Verde, contra las ondas emitidas por 28 antenas de «Radio Vaticano» instaladas en el centro de Santa María de Galeria, situado junto a esa pequeña localidad (a 30 kilómetros de Roma).
El Comité había asegurado a inicios de 2001 que las ondas producían leucemia. Un estudio realizado por la Región del Lazio (a la que pertenece Roma) demostró, sin embargo, que en la zona había incluso menos casos de leucemia que en el resto de la provincia de la capital italiana.
El centro de transmisión fue construido antes de la construcción de la inmensa mayoría de las casas cercanas. Con motivo del año jubileo del año 2000, se implementó una línea ferroviaria de cercanías que conecta el pueblo con el centro de Roma, despertando intereses inmobiliarios.
Cuando se presentó la denuncia, el padre Federico Lombardi, director de programación de «Radio Vaticano», denunció públicamente intereses especulativos sobre el terreno por parte de quienes querían el desmantelamiento del terreno vaticano en el Estado italiano.
El centro emisor respetaba las normas europeas sobre emisión electromagnética, pero en cuatro lugares superaba una reciente ley introducida en Italia por el Partido Verde, una de las más estrictas del mundo en la materia.
Para evitar esta situación, en mayo pasado, Italia y la Santa Sede alcanzaron un acuerdo, según el cual, «Radio Vaticano» transfirió al extranjero (en concreto al Principado de Mónaco) la transmisión de algunos de sus programas internacionales.
En febrero de 2002 un tribunal señalo que el caso estaba fuera de su jurisdicción en virtud de los Pactos Lateranenses, al reconocer «Radio Vaticano» como un ente central de la Iglesia Católica.
Aquella sentencia fue recurrida ante el Tribunal Supremo, que en abril de 2003 rechazó esa interpretación y volvió a enviar la causa a los tribunales italianos, que en octubre de ese mismo año reabrieron el proceso que se ha fallado ahora.