Hay que restituirle el «alma» a la política, pide el cardenal Bergoglio

BUENOS AIRES, domingo, 26 junio 2005 (ZENIT.orgAica).- El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, instó este sábado a un millar de dirigentes sociales, políticos y religiosos a restituirle a la política el «alma» que le quitó la «partidocracia», y los exhortó a realizar un «esfuerzo de tipo revolucionario, basado en el nuevo vínculo social del servicio» para transformar el poder en servicio.

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«El servicio no es un mero compromiso ético, ni un voluntariado del ocio sobrante, ni un postulado etéreo. Puesto que nuestra vida es un don, servir es ser fieles a lo que somos: se trata de esa íntima capacidad de dar lo que se es, de amar hasta el extremo de los propios límites, o, como nos enseñaba con su ejemplo la Madre Teresa, servir es «amar hasta que duela»», explicó durante su exposición en la VIII Jornada de Pastoral Social que se desarrolló en el Colegio San Cayetano de Liniers.

Tras pedir que el quehacer político sea «una forma elevada de la caridad, de amor, y por lo tanto, un problema teológico y ético», el purpurado porteño reclamó un «voluntariado» para la política, en este momento «tan desprestigada».

El primado convocó luego a «redescubrir la política, a restituirle el alma que la partidocracia le ha quitado. No digo los partidos, sino la partidocracia, el corporativismo que le quita diversidad y le hace perder la trascendencia a los otros, el servicio a la comunidad».

«No hay que dejar que nos domine la partidocracia», subrayó.

El Arzobispo porteño consideró que la Argentina vive «un momento decisivo como Nación, que demanda tomar una decisión crítica, total y fundante: seguir siendo un país, aprender de la experiencia dolorosa de estos años e iniciar un camino nuevo, o hundirse en la miseria, el caos, la pérdida de valores y la descomposición como sociedad».

«Debemos apostar a la entrega personal al proyecto de un país para todos. Proyecto que, desde lo educativo, lo religioso o lo social, se torna político en el sentido más alto de la palabra: Construir la comunidad», subrayó.

Asimismo, convocó a una «cultura del encuentro», contraria a la de la «no integración» que favorecen quienes «pretenden capitalizar el resentimiento, el olvido de la historia compartida, o se regodean en debilitar vínculos, manipular la memoria, comerciar con utopías de utilería».

El cardenal Bergoglio sostuvo que para hacerlo no hay que seguir el camino «ni profetas del aislamiento relativista, ermitaños localistas en un mundo global, ni descerebrados y miméticos pasajeros del furgón de cola, admirando los fuegos de artificiales del mundo (de los otros) con la boca abierta y aplausos programados», precisó mientras era interrumpido por los plausos.

Al hablar de «larga historia de intolerancias mutuas», el primado lamentó que no se hayan «superados las antinomias (del pasado) y que como pueblo hayamos entrado en el siglo XX para seguir excluyéndonos, prohibiéndonos, asesinándonos, bombardeándonos, fusilándonos, reprimiéndonos y desapareciéndonos mutuamente».

«Los que somos capaces de recordar, sabemos que el uso de estos verbos que acabo de escoger no es precisamente metafórico», aseveró, al tiempo que manifestó un deseo: «Tengo ganas de pedirle a Dios que nos convierta el corazón y que la acabemos de una vez por todas los argentinos con esto».

En la apertura, la Pastoral Social de Buenos Aires homenajeó a Juan Pablo II con un panel sobre «Sociedad y pensamiento social cristiano», a cargo del presbítero Carlos Accaputo, el legislador Santiago de Estrada, Eloy Mealla, Carlos Eroles y Enrique Sosa.

Tras el almuerzo, los participantes trabajaron en 16 comisiones que abordarán temas tales como «La nación: identidad, cultura, sentido de pertenencia», «La nación: su integridad y participación en el mundo», «Situación de pobreza y políticas en la ciudad», «Ciudadanía y políticas de seguridad», «Sociedad y derechos humanos», y «Nuestros mayores: su aporte a la nación, dignidad, sabiduría, memoria».

Otras cuestiones analizadas fueron «Niñez y jóvenes en situación de riesgo», «La nación por construir. La vocación política de los jóvenes», «Rol de la justicia en la sociedad», «La salud en la ciudad de Buenos Aires», «Sociedad y nuevos movimientos sociales», «Catequesis y sociedad. Dimensión social de la fe», «Sociedad y religión», «Sociedad y adicciones», y «Ecología y medio ambiente».

Por último, Ana Sagari, José Ignacio López, José Paradiso, Silvio Maresca y Sandra Castillo, reflexionaron sobre la exposición matutina del cardenal Bergoglio sobre «La Nación por construir. Utopía, pensamiento y compromiso».

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ZENIT Staff

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