Proyecto cinematográfico sobre las apariciones de la Virgen en Ruanda

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Apoyado por «Iglesia a la Ayuda Necesitada»

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KÖNIGSTEIN, viernes, 7 octubre 2005 (ZENIT.org).- La obra de Derecho Pontificio «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN) está subvencionando un proyecto de realización de una película sobre Kibeho –meta de peregrinaciones en Ruanda— y las apariciones de la Virgen María en el país africano.

«Aunque Kibeho no sea un santuario muy conocido en el mundo, es el único lugar de peregrinación en África donde ha habido apariciones de la Virgen reconocidas por la Iglesia (Cf. Zenit, 2 julio 2001 , ndr.). Podría, por lo tanto, compararse con Guadalupe, Lourdes o Fátima», señaló el jueves Christine du Coudray, jefe de la sección de África de AIN, a su regreso de un viaje a Ruanda.

«Nuestra Señora de los Dolores se apareció allí entre los años 1981 y 1983, y los que la vieron siguen vivos y tienen ya más de cuarenta años», recordó, según cita la asociación católica internacional en un comunicado enviado a Zenit.

La película que está respaldando AIN «será un regalo para la Iglesia necesitada en Ruanda, donde hasta el día de hoy la violencia forma parte de la vida cotidiana», constató.

De todas formas, «pese a la crueldad que domina al país», añadió du Coudray que «Kibeho es un lugar de oración y reconciliación. Éste es un mensaje a África y al mundo».

En presencia de todos los obispos de Ruanda, del nuncio apostólico, autoridades civiles y numerosos sacerdotes, religiosos y fieles, hace poco más de dos años el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Crescenzio Sepe, consagró el santuario mariano dedicado a Nuestra Señora de los Dolores en Kibeho (Cf. Zenit, 3 junio 2003).

El lugar, donde a partir de 1981 la Virgen María se apareció en diversas ocasiones, no sólo es meta de peregrinación nacional, sino también internacional.

Según el relato de los videntes, la Virgen se apareció en este lugar y se presentó en lengua local como «Nyina wa Jambo» –«Madre del Verbo»–, invitando a la conversión, a la oración y al ayuno.

En una sola ocasión mostró imágenes impactantes: un río de sangre, personas que se daban muerte unas a otras y cadáveres abandonados sin nadie que los enterrara.

En los años siguientes la terrible visión se relacionó con el genocidio que convulsionó Ruanda entre 1994 y 1995; Kibeho fue uno de los escenarios más sangrientos.

De acuerdo con la responsable de AIN para África, en este momento «lo que más necesita la Iglesia ruandesa es ayuda a la formación de sacerdotes, religiosos y catequistas laicos, así como a la construcción de edificios eclesiales y, en particular, de una nueva catedral de peregrinación en Kibeho».

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ZENIT Staff

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