CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 17 octubre 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó este lunes un llamamiento a la Iglesia católica en Etiopía y Eritrea, países del cuerno de África que sufren el látigo de la pobreza y de las rivalidades étnicas.
Las palabras del Papa, pronunciadas en inglés, resonaron en el Colegio Pontificio Etíope, el único centro de formación para seminaristas y sacerdotes que se encuentra dentro del Vaticano.
La visita del Santo Padre al Colegio celebra sus 75 años de fundación, así como la conclusión de la visita «ad limina» de los obispos eritreos y etíopes.
Eritrea (país de cuatro millones y medio de habitantes) se independizó de Etiopía (más de 73 millones de habitantes) con un referéndum celebrado en 1993, después de treinta años de guerra. Como signo de reconciliación, los obispos siguen manteniendo una sola Conferencia Episcopal de Eritrea y Etiopía, que precisamente está teniendo su reunión en estos días en Roma.
«El testimonio unido que ofrecéis, superando todas las divisiones políticas y étnicas, desempeña un papel decisivo para reconciliar a la probada región en la que vivís», dijo el Papa a los obispos.
«Cuando hay un genuino compromiso para seguir a Cristo, «el camino, la verdad y la vida» las dificultades y los malentendidos, sean los que sean, pueden superarse», afirmó.
El Papa recomendó a sus hermanos obispos africanos ser «auténticos maestros de la fe», dando a entender que «no puede haber paz sin justicia y no puede haber justicia sin perdón».
En Etiopía los católicos son unos 465.000 en un país en el que casi la mitad de sus habitantes son musulmanes y entre el 35 y el 40% ortodoxos etíopes.
En Eritrea, país en el que también los musulmanes son mayoría, seguidos por cristianos coptos, los católicos son 137.000.
El Papa hizo, además, un llamamiento al diálogo ecuménico y alentó el nacimiento de la Universidad Católica de Etiopía.
