Cantos, aplausos y mucho entusiasmo dominaron la audiencia que el pontífice concedió con motivo de los canonizados, entre quienes se encuentra el padre Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), jesuita.
Entre los nuevos inscritos en el catálogo de los santos dos son italianos Gaetano Catanoso (1879-1963), sacerdote y fundador de la Congregación de las Hermanas Verónicas del Santo Rostro, y Felice de Nicosia (1715-1787), religioso capuchino.
Los otros dos son de origen polaco: Jozef Bilczewski (1860-1923), obispo de Lviv de los Latinos (hoy Ucrania); y Zygmunt Gorazdowski (1845-1920) sacerdote y fundador de la Congregación de las Hermanas de San José.
Los peregrinos habían venido a Roma para participar en la canonización, que tuvo lugar este domingo, durante una misa con la que se clausuró el Año de la Eucaristía.
Cuando los presentes le dejaron hablar después de haberle vitoreado, el Papa invitó a dar «gracias a Dios que no deja de suscitar en la Iglesia nuevos ejemplos resplandecientes de santidad».
«Invocamos a los santos y beatos como protectores y contamos con su ayuda celestial. Al mismo tiempo, nos estimulan con su testimonio a imitarles para crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad», concluyó.