Este programa será ejecutado en un plazo de dos a tres meses en las diócesis de Escuintila, Santa Rosa, Suchitepéquez, Jalapa, San Marcos, Sololá y Quetzaltenango. El número de beneficiarios del mismo es superior a las 27.000 familias, que tendrán acceso a los planes sectoriales definidos por Cáritas Guatemala en tres grandes apartados: ayuda alimentaria, atención médica y suministro de agua potable a los núcleos de población.
Según se señala en un reciente informe de evaluación de daños elaborado por Cáritas Guatemala, los obispos de las Diócesis afectadas han advertido que «existen datos que no han sido dados a conocer por parte de los medios de comunicación y lugares a donde no se ha llegado para poder conocer los datos reales de damnificados».
Los peores efectos de la tormenta «Stan» se registran en los apartados de viviendas, cosechas e infraestructuras, a lo que hay que sumar el elevado riego actual de desarrollo de distintas enfermedades (gastroenteritis, malaria, dengue, etc.) debido a la contaminación del agua y la pérdida de los sistemas de suministro de agua potable.
Coincidiendo con el lanzamiento del plan de post-emergencia, el presidente de la Cáritas Guatemalteca, monseñor Víctor Hugo Martínez Contreras, arzobispo de Los Altos, ha suscrito un llamamiento a la sociedad guatemalteca y a la red internacional de Cáritas para pedir su apoyo a los trabajos de ayuda a las víctimas de «Stan».
En concreto, el prelado ha reclamado solidaridad urgente con «las familias que están pasando hambre y enfermedad, y han perdido sus cosechas, pues no es posible para muchos recobrar ahora mismo lo que han perdido», así como para afrontar la «reactivación económica, agrícola, pecuaria, mercantil, pesquera y generar empleos».