CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 16 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- En el genoma humano se encuentra un «misterio clave de la vida», motivo por el cual el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud reunirá a científicos, filósofos y teólogos de todo el mundo del 17 al 19 de noviembre en el Vaticano.
Se trata de la vigésima Conferencia internacional que organiza este dicasterio de la Santa Sede, presentada el martes a la prensa por el cardenal Javier Lozano Barragán.
El purpurado mexicano aclaró que el tema propuesto por su Consejo a Juan Pablo II, a finales de enero pasado, semanas antes de su muerte, pretende profundizar el concepto, según el que «la salud se describe como tensión hacia la armonía».
«Si la vida empieza en el genoma, y la vida se identifica con la salud, también la salud empieza en el genoma, y en el genoma debemos encontrar virtualmente toda la armonía –afirmó–. Es decir, en el genoma encontramos el inicio de la tensión que constituye la salud».
«En esta Conferencia Internacional, partiremos de la consideración del genoma como elemento estructural que organiza el cuerpo humano en sus dimensiones individuales y hereditarias», subrayó.
«El tema es muy amplio y está sujeto a nuevas investigaciones y descubrimientos; en consecuencia, nuestras perspectivas son modestas –precisó–. Queremos sólo tratar este argumento bajo el aspecto específico de la salud que, por lo demás, como hemos dicho, es un concepto totalizador».
Abrirá los trabajos de la Conferencia, durante la sesión presidida por el padre Angelo Serra S. J, profesor emérito de genética humana en la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Roma, el mismo cardenal Lozano Barragán con una intervención sobre «Origen de la vida y Teología».
Según declaró el purpurado, la Conferencia tendrá tres etapas: «realidad, iluminación y acción».
«En la primera etapa –explicó–, «realidad», examinaremos la situación actual de la genética en este orden: genómica y post genómica, los errores genéticos y las enfermedades congénitas, las enfermedades monogénicas, poligénicas y plurifactoriales, la predisposición al cáncer y a las enfermedades latentes, la asistencia médica a los enfermos y a sus familias, el juicio, el error y la negligencia; los aspectos genéticos en la medicina materno fetal, la criba genética de las poblaciones y la geneterapia».
«Estudiaremos también los problemas de la genética humana y su estatuto jurídico internacional, los de la investigación genética y de la cooperación internacional», añadió.
«En la segunda etapa, la «iluminación», los temas consideramos en el itinerario precedente deberán recibir una recta perspectiva desde la Revelación. Reflexionaremos sobre el proceso histórico de la genética humana; la genética humana a la luz de la Palabra de Dios; la ética de la genética médica, la eugenesia liberal y la ética de la consulta médica en campo genético».
«En nuestro habitual diálogo interreligioso pediremos el punto de vista del judaísmo, islamismo, budismo e hinduismo sobre la genética humana, para concluir con la visión post moderna de la genética», indicó.
«En la tercera etapa, la «acción», nos ocuparemos de la genética y la nueva cultura, la visión pastoral de la investigación genética, la genética médica y las comisiones éticas en los hospitales, el derecho y la genética, la sociedad y las enfermedades genéticas, la educación y la puesta al día de los agentes pastorales sobre genética y la prevención de las enfermedades genéticas desde el punto de vista pastoral», añadió.
«Deseamos crear un diálogo interdisciplinar al más alto nivel, en el que se puedan encontrar respuestas a algunos de los interrogantes más angustiosos del mundo contemporáneo», explicó.
En la Conferencia participan 700 personas de 81 países. Los ponentes provienen de 17 países: Italia, Inglaterra, Grecia, Francia, Burkina Faso, Estados Unidos, Islandia, Suiza, Holanda, Colombia, Alemania, España, India, Japón, Eslovaquia, Cuba y México.