LA PAZ, miércoles, 16 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- Ofrecemos el mensaje que publicaron este martes los obispos de Bolivia al concluir su asamblea general.
CAMINEMOS HACIA LAS ELECCIONES CON ESPERANZA
“Tengan los mismos sentimientos compartiendo un mismo amor, viviendo en armonía y sintiendo lo mismo. No hagan nada por rivalidad o vanagloria… no busque cada uno su propio interés sino el de los demás. Tengan, pues, los mismos sentimientos que corresponden a quienes creen en Cristo Jesús” (Fil 2,2b-5).
Estas palabras del Apóstol Pablo a la comunidad de Filipos son las que nos han acompañado y orientado en estos días de reflexión en nuestra Asamblea de la Conferencia Episcopal Boliviana, ya próximos al tiempo de Adviento. El Adviento es un tiempo fuerte para los cristianos, tiempo de esperanza y conversión que nos prepara a la venida del Salvador y nos trae la paz basada en el amor, la justicia y la verdad, que tanta falta nos hacen en Bolivia. Con este espíritu de comunión y esperanza hemos compartido diversos aspectos de la realidad actual de nuestra Iglesia y del país.
QUINTA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO
En sintonía con la Iglesia en América Latina, hemos iniciado el proceso de participación en la quinta Conferencia General del Episcopado latinoamericano, cuyo lema es: «Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida». Este acontecimiento eclesial pretende que todos los bautizados tengamos un encuentro personal con Jesucristo vivo, que nos transforme en discípulos suyos y en misioneros de su evangelio, para que, en comunión eclesial, seamos testigos del Reino de Dios.
Para ser discípulos y misioneros de Jesucristo es indispensable conocer, meditar y vivir la Palabra de Dios. Con mayor razón estamos llamados a valorar este don en este tiempo en que estamos celebrando los 40 años de la promulgación del documento conciliar «DEI VERBUM – La Palabra de Dios–», que nos ha ayudado a redescubrir la centralidad de la Palabra en la vida del cristiano y de la Iglesia.
FORMACION DE LOS FUTUROS SACERDOTES
Dada nuestra responsabilidad con una formación de los futuros sacerdotes que responda a los desafíos del mundo de hoy, hemos estudiado la situación del Seminario Mayor Nacional San José. Damos gracias por la ilusión de los jóvenes seminaristas en el seguimiento de Cristo. A pesar de las limitaciones que tenemos, hemos logrado conformar un nuevo equipo de formadores y además impulsar el fortalecimiento de los seminarios locales.
EDUCACION EN BOLIVIA
Otro tema, que la Iglesia, como madre y maestra, privilegia en su misión evangelizadora es el de la educación, la primera y fundamental responsabilidad de la sociedad para el desarrollo integral de las personas y de la nación. A través del análisis que hemos realizado en el sistema educativo desde el nivel básico hasta el universitario, constatamos con viva preocupación que todavía hay demasiados excluidos de la educación y que ésta no prepara adecuadamente a la vida; por eso es una asignatura pendiente que necesita urgentemente de una verdadera política de Estado.
UNA DEMOCRACIA FRÁGIL
La reflexión de estos temas ha estado permanentemente enmarcada dentro del contexto socio-político; las elecciones políticas y la Asamblea Constituyente han merecido particular atención en nuestros diálogos.
Hemos llegado a este momento electoral en Bolivia, después de pasar años y momentos difíciles que nos han llevado al recurso de la violencia, de huelgas, paros, bloqueos, radicalismos y enfrentamientos de todo tipo entre sectores, regiones y culturas, que, además de sembrar luto y dolor, han puesto en grave riesgo la gobernabilidad e institucionalidad del Estado y la misma convivencia democrática.
ASAMBLEA CONSTITUYENTE
A este propósito hacemos nuestras las palabras del Sr. Cardenal en su saludo a esta Asamblea: «La Constituyente pretende rediseñar un nuevo Estado, una Patria para todos los bolivianos sin marginación ni exclusión alguna, una Patria que se fundamente en los valores cívicos, políticos y éticos». Dada la importancia de la Constituyente hemos abordado esta temática, en continuidad con la anterior Asamblea, con miras a publicar un documento que refleje los criterios de la Iglesia acerca de la misma.
ELECCIONES: UNA OPORTUNIDAD
Las elecciones generales y prefecturales constituyen una extraordinaria oportunidad para que todos podamos participar en la construcción de los destinos de la nación, expresando nuestras preferencias con el voto. Pero las elecciones son algo más que la emisión del voto, es investir a los nuevos gobernantes de autoridad democrática para reencauzar al país en el camino del desarrollo con equidad y justicia social, condiciones indispensables para recuperar el Estado de Derecho, consolidar la democracia y garantizar la unidad nacional. El proceso electoral implica para todos una opción clara y decidida entre el camino de la institucionalidad democrática y la continuidad de las presiones y violencias de la calle.
Responsabilidad compartida
Los ciudadanos tenemos una grave responsabilidad para con nuestra historia, pues somos nosotros quienes elegiremos las autoridades llamadas a encaminar los derroteros de nuestro país en los próximos años. Nuestro voto debe ser resultado de una profunda reflexión, en base a programas concretos. Es nuestro deber elegir de acuerdo a propuestas concretas que viabilicen las soluciones de los problemas en el marco del bien común y del interés de toda la Nación, sin cálculos interesados ni promesas, muchas veces engañosas.
Si todo ciudadano tiene esa responsabilidad, el país mucho más la exige a los partidos, agrupaciones y candidatos. Pues ha llegado la hora de que con toda transparencia presenten sus propuestas y programas de gobierno, las confronten democráticamente en todos los ámbitos de la sociedad, escuchando los anhelos de la población, en particular de los sectores más pobres y desprotegidos.
Problemas pendientes
Especial atención merecen los temas de la reactivación económica, el desempleo y la exclusión, que son las causas profundas de los problemas que nos aquejan. También deben ser transparentes las posiciones respecto a la Asamblea
Constituyente, la aplicación del régimen autonómico, la política hidrocarburífera , la tenencia de la tierra y la capitalización, temas que han sido motivo de mucha conflictividad en los últimos meses.
Proceso transparente y civilizado
«… No busque cada uno su propio interés sino el de los demás». Los candidatos deben proponer, asimismo, planes para combatir la corrupción, el prebendalismo y el nepotismo que están corroyendo las instituciones del Estado y de la sociedad. Es tiempo de que los candidatos demuestren que buscan el poder no por ambiciones e intereses grupales o personales, sino para defender la vida humana en todas las etapas, gobernar de acuerdo a los valores éticos y morales, implementar una economía al servicio del hombre, luchar en contra de la pobreza y servir a la nación en sus necesidades básicas: educación, salud, trabajo y vivienda. Los diputados y senadores elegidos, antes que pensar en sus regiones, han de preocuparse por el bien común del país, ya que este es su mandato prioritario, por eso se los llama: «Padres de la Patria» .
La población está cansada de componendas electorales, como se han dado en anteriores oportunidades; pide que se respete la voluntad popular expresada a través del voto libre y secreto, y que, de acuerdo a las normas constitucionales, gobiernen quienes sean elegidos. No es admisible mantener la dinámica de votar pero no elegir. Es de conciencia ofrecer programas de gobierno reales y viables y cumplir los c
ompromisos y promesas realizadas en las campañas electorales por parte de quienes accedan al poder.
«No hagan nada por rivalidad o vanagloria…». Exhortamos a dejar de lado la «guerra sucia», los insultos, calumnias, medias verdades, y todo lo que denigra la dignidad de los candidatos de otra tendencia política, con el propósito de vencer al otro como sea.
Información objetiva e imparcial
Los medios de comunicación deben dar un aporte importante para una transparente y civilizada campaña electoral, siendo objetivos e imparciales en la información, educando políticamente a los electores, ayudando a divulgar los programas de todos los candidatos y evitando lo que puede provocar confusión, enfrentamientos en búsqueda de sensacionalismo.
«Tengan, pues, los mismos sentimientos que corresponden a quienes creen en Cristo Jesús». Como Pastores, hacemos un llamado especial a los medios de la Iglesia y a los que se identifican con nosotros. Les pedimos ser ejemplo de pluralismo, ponderación, imparcialidad y ecuanimidad y ser portadores de luz que oriente y anime.
COMPROMISO CON EL PAIS
«Tengan los mismos sentimientos compartiendo un mismo amor, viviendo en armonía y sintiendo lo mismo». Somos concientes de que vivimos un momento histórico. Los comicios de fin de año son muy importantes para definir el futuro del país. Es la gran oportunidad de hacerlo en forma pacífica y fraterna, reconciliarnos como hermanos, dejar a un lado posturas radicales y enfrentadas y superar racismos y regionalismos que nos dividen y debilitan como pueblo. Nadie puede quedar al margen como simple espectador, en actitud pasiva. Todos somos responsables del rumbo que debe asumir Bolivia y de los cambios que anhelamos para que se realicen en paz y democracia.
Encomendamos este gran desafío que representa el proceso electoral a la protección de María Nuestra Madre, tan querida y venerada en todos los rincones de nuestra Patria e invitamos a todos los sectores del Pueblo de Dios y los hombres de buena voluntad a retomar la campaña de Oración por la paz, confiados en que Dios volverá a ayudarnos como en otras ocasiones.
Noviembre 2005
ZS05111612