Los cristianos desparecen de Belén

Llamamiento del vicario de la Custodia de Tierra Santa

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JERUSALÉN, jueves, 17 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- Promover buenas relaciones con el mundo judío y apoyar a la presencia cristiana de Tierra Santa son las dos peticiones que ha lanzado al mundo el padre Artemio Vítores, franciscano de la Orden de los Frailes Menores, vicario de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén, con ocasión de la visita del presidente de Israel, Moshe Katsav, al Vaticano este jueves.

El padre Vítores afirma en declaraciones a la agencia de la Santa Sede «Fides»: «Es importante lo que está haciendo Benedicto XVI. Muchos de sus gestos lo dicen con claridad: los cristianos deben seguir buscando sus propias raíces en el judaísmo y profundizar la relación con nuestros hermanos mayores».

«La visita del presidente Katsav al Vaticano se enmarca ciertamente en este camino, en las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Estado de Israel. Éste será un tema fundamental –reconoce–. Y el clima de buenas relaciones también se advierte en Tierra Santa, dónde se están realizando esfuerzos para una mayor comprensión entre judíos y cristianos, que trae beneficios recíprocos, a nivel espiritual, social, y también económico, con el flujo de las peregrinaciones».

El franciscano sigue explicando: «pero no podemos no señalar la situación de Belén: precisamente hace pocos días las autoridades israelíes han restablecido una línea de frontera con Jerusalén, que hace muy difícil el paso y somete a todos a controles que crean grandes problemas y malestar a la población local, e incluso a los frailes, religiosos y a todos los peregrinos».

El padre Vítores menciona también «la cuestión abierta del Santuario del Cenáculo»: en el pasado parecía cercano un acuerdo con las autoridades israelíes para que tuviera lugar su restitución, «pero de repente ésta se ha hecho más lejana».

«En esta ocasión, nosotros, cristianos de Tierra Santa, queremos decir a toda la humanidad, a las autoridades políticas y a los cristianos de todo el mundo: ¡ayudadnos a no perder Belén, dónde la presencia cristiana está disminuyendo fuertemente!»

«En 1965 los cristianos eran la mayoría de la población, hoy son menos del 12%. En los últimos años más de 3.000 cristianos han abandonado la ciudad por falta de perspectivas, por dificultades económicas, sociales y religiosas», explica.

«Existe un alto riesgo de que desaparezca completamente la presencia cristiana en Belén. Nosotros, los frailes, estamos haciendo todo lo que podemos, pero la situación es realmente grave», asegura.

«Querríamos que todas las comunidades de creyentes en Cristo, en todo el mundo, se den cuenta de que esta situación, empeora cada día. Belén es el lugar del nacimiento de Cristo, el lugar de la encarnación, uno de misterios fundamentales de nuestra fe. Belén está en nuestro corazón, y en el corazón de todos los cristianos», aclara.

«¡Ayudadnos a salvarla!», es su dramático grito.

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ZENIT Staff

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