Temas afrontados en el encuentro de obispos con el presidente de Venezuela

CARACAS, jueves, 26 enero 2006 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el comunicado con el que la Conferencia Episcopal de Venezuela informa sobre los puntos que fueron abordados por la directiva de esta institución episcopal con el presidente de la República de Venezuela, Hugo Chávez, en una reunión de casi tres horas celebrada este miércoles.

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El documento fue leído a la salida del encuentro por monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, recientemente elegido presidente de la Conferencia Episcopal.

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1. Esta tarde, nos reunimos como nueva directiva de la Conferencia Episcopal Venezolana con el Sr. Presidente de la República, Hugo Chávez Frías para presentarle nuestros saludos e iniciar un diálogo que mejore las relaciones Iglesia-Gobierno y contribuya a establecer un clima favorable al entendimiento entre los distintos sectores políticos y sociales del país.

2. Acudimos a esta reunión en nombre y representación de todos los arzobispos y obispos de la CEV para manifestarle al Sr. Presidente nuestra determinación de continuar ejerciendo con toda libertad nuestra labor evangelizadora en nombre de Jesucristo, convencidos de que el ejercicio fiel de este ministerio fortalece nuestra iglesia y contribuye al mayor bien del pueblo venezolano sin exclusión alguna.

3. Los obispos venezolanos mantenemos nuestra autonomía e independencia crítica tanto del Gobierno como de la Oposición, así como nuestra identidad y misión pastoral como un servicio indispensable para el bien de todo el pueblo venezolano y como manifestación de nuestra unidad interna como episcopado.

4. Le manifestamos con todo respeto al Sr. Presidente nuestra exigencia de que sean evitados términos descalificatorios contra nuestros documentos y contra algunos obispos, dejando bien claro que el diálogo valedero y eficaz sólo es posible si se descarta la sospecha y la injuria y estamos dispuestos a escucharnos y a respetarnos.

5. Asimismo le exigimos que la Iglesia y sus Pastores no sean atacados en programas de Radio y de Televisión oficiales y que la figura de Nuestro Señor Jesucristo sea tratada con el debido respeto y dignidad.

6. Le explicamos al Sr. Presidente que tanto el último documento como los anteriores, algunos de ellos escritos en momentos muy álgidos de nuestra historia contemporánea, brotan de un cuidadoso discernimiento, en un clima de escucha mutua y de oración, ajenos a la complacencia y a la mentira, son aprobados por unanimidad, expresan nuestra unidad interna y por ende merecen ser estudiados integralmente y con seriedad.

7. Nuestros “llamamientos no tienen otra intención u objetivo que suscitar unas sanas inquietudes espirituales y morales, culturales, humanistas y cristianas, que contribuyan a enderezar los caminos personales y sociales de nuestras vidas… y a gestar un modo de vivir más feliz para todos los que habitamos este país y una Iglesia purificada de sus errores, más pura y santa, más acogedora y servicial, más arriesgada y comprometida…” ( Exhortación Pastoral “Ser luz del mundo y sal de la tierra en la Venezuela de hoy”, 85 Asamblea Ordinaria de la CEV, 12 de enero de 2006, No. 12)

8. Le reiteramos al Sr. Presidente la grave responsabilidad del gobierno de entrar en diálogo con toda la nación, de escuchar con tolerancia y respeto las críticas constructivas dirigidas a su gestión hechas por instancias serias y le manifestamos nuestra preocupación por algunas instituciones particularmente cuestionadas por amplios sectores de la población como la Asamblea Nacional y el Consejo Nacional Electoral.

9. Le recalcamos que más allá de las discrepancias técnicas sobre el avance o el retroceso de la pobreza y de otros indicadores del desarrollo humano, estamos muy claros que debemos unirnos todos para erradicar la pobreza y otros males que afectan seriamente la calidad de vida de nuestro pueblo.

10. Le manifestamos la necesidad de restablecer canales confiables de comunicación que hagan más fluida la relación entre la Iglesia y el Gobierno y permitan avanzar en el estudio de algunos temas álgidos como el respeto a la vida, la Educación Religiosa Escolar, el ingreso de nuevos misioneros al país entre otros.

11. Citando nuestra última Exhortación le manifestamos al Sr. Presidente nuestra convicción de que “ en lugar de la polarización y exclusión necesitamos una progresiva cohesión de los ciudadanos en planes y programas, aun pequeños y modestos, que nos integren y asocien en la búsqueda del mejoramiento de la realidad concreta en que vivimos…Junto con los sacerdotes, nuestros hermanos en el ministerio o servicio pastoral y las personas consagradas seguiremos acompañando a nuestro pueblo de modo preferente a los más pobres y necesitados, a los enfermos y encarcelados, comunicándoles la fuerza y la esperanza del mensaje central del evangelio: el amor que Dios Padre nos tiene como a sus hijos y el amor que como hermanos tiene que distinguirnos.” (Exhortación, Nos. 6 y 9).

Caracas 25 de enero de 2006

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ZENIT Staff

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