GUATEMALA, lunes, 30 enero 2006 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Guatemala ha elegido presidente para el bienio 2006-2008: se trata del obispo de San Marcos, monseñor Rodolfo Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, defensor de los derechos humanos y colaborador directo del asesinado obispo auxiliar de Guatemala, monseñor Juan José Gerardi Conedera.

Guatemalteco de 58 años, monseñor Ramazzini sustituye en el cargo al arzobispo de Ciudad de Guatemala, el cardenal Rodolfo Quezada Toruño --de 73 años--, quien ha estado al frente del organismo eclesial durante dos períodos consecutivos.

La Conferencia Episcopal de Guatemala hizo pública la noticia de la elección de su presidente en un comunicado fechado el pasado viernes, difundido con ocasión de la celebración de la Asamblea Plenaria de sus prelados.

Consagrado obispo por Juan Pablo II hace 17 años, monseñor Ramazzini ha estado al frente de las comisiones episcopales guatemaltecas de Pastoral Indígena, de Movilidad Humana y de Comunicación. Es conocido por su compromiso con los inmigrantes de Guatemala y Centroamérica.

Tuvo un papel muy importante tanto en los Acuerdos de Paz que en 1996 pusieron fin a un conflicto armado de más tres décadas en su país, como en el proyecto de «Recuperación de la Memoria Histórica», el cual señaló a los agentes del Estado de Guatemala como responsables del 90% de los abusos de los derechos humanos en el conflicto.

Y es que monseñor Ramazzini fue colaborador directo del monseñor Juan José Gerardi Conedera --obispo auxiliar de Guatemala--, conocido por su defensa de los derechos humanos y asesinado a golpes en el aparcamiento de su residencia el 26 de abril de 1998.

Dos días antes de su asesinato, la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG), que el prelado dirigía, había presentado el informe «Guatemala, Nunca Más» sobre las violaciones de los derechos humanos perpetradas durante los 36 años de guerra interna que terminó con al menos 200 mil víctimas entre muertos y desaparecidos en el país centroamericano.

El «informe Gerardi», realizado en el marco del proyecto diocesano «Remhi» («Recuperación de la Memoria Histórica»), enumera decenas de miles de violaciones de los derechos humanos, todas ellas cometidas durante el citado conflicto interno.

El ahora presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala conoce la experiencia de estar amenazado de muerte.

Recoge por su parte la agencia misionera «Misna» que, en su primera aparición pública como nuevo presidente del episcopado, monseñor Ramazzini ha expresado preocupación por el deterioro de los valores humanos en su país, condenando los altos índices de criminalidad, el aumento de los homicidios de mujeres y la pobreza que padece la mayoría de los 14 millones de guatemaltecos.