El cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que participó en la Conferencia, ha declarado que este gesto constituye «un don de Dios» y «uno de los principales éxitos del diálogo ecuménico», según refiere «Radio Vaticano».

Con esta declaración se supera uno de los motivos teológicos de división que dieron origen al movimiento de Reforma, promovido por Martín Lutero.

Según el reverendo George H. Freeman, secretario del Consejo Metodista Mundial, el acuerdo «abre la puerta a nuevas relaciones ecuménicas».

También ha manifestado su aprecio la Federación Luterana Mundial. Su secretario general, el doctor Ishmael Noko, ha deseado que otras comunidades cristianas, como las Iglesias reformadas, la Iglesia anglicana o la misma Iglesia ortodoxa, puedan llegar a esta posición común.

A finales del año pasado, al recibir a una delegación del Consejo Metodista Mundial –encabezada por su presidente, el obispo Sunday Mbang de Nigeria--, Benedicto XVI afirmó: «En caso de que el Consejo Metodista Mundial exprese su intención de asociarse a la Declaración Conjunta, contribuiría a la reconciliación que deseamos ardientemente y sería un paso significativo hacia la meta de la plena y visible unidad en la fe», apuntó Benedicto XVI al encontrarse con la delegación del Consejo Metodista Mundial (9 de diciembre de 2005).

El movimiento metodista, de carácter evangélico, heredero de la Reforma protestante del siglo XVI se originó en la Inglaterra del siglo XVIII como un movimiento de renovación espiritual, misionero y social. Hoy está presente en cerca de un centenar de países.