Propuesta de crear una rama del Camino Neocatecumenal para trabajar con la Iglesia Melquita

Líder greco-melquita agradece la obra, en Galilea, del Camino Neocatecumenal

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JERUSALÉN, domingo, 3 junio 2007 (ZENIT.org).- El líder de la Iglesia Melquita católica de Galilea ha propuesto la creación de una «rama» del Camino Neocatecumenal para que trabaje específicamente con la Iglesia Melquita.

 

En una reciente carta enviada al padre Rino Rossi, director de la «Domus Galilaeae» -iniciativa del Camino Neocatecumenal-, el arzobispo Chacour reconoce que esta realidad eclesial está dando «frutos excelentes» en su tarea evangelizadora dentro de la Iglesia Melquita.

 

El arzobispo Chacour, candidato en dos ocasiones al Premio Nobel de la Paz, afirma en su misiva que ha estado buscando «alguien o alguna comunidad que predique la Buena Nueva» a sus parroquianos como una respuesta al proselitismo de las sectas, y que el Camino Neocatecumenal ha respondido a esta llamada.

 

Para desarrollar más aún los frutos de esta evangelización, el arzobispo propone la creación de una rama del Camino Neocatecumenal para que trabaje dentro de la Iglesia Melquita adoptando la liturgia del rito Melquita católico.

 

«Ustedes siguen con su manera de actuar el mismo camino y los mismos métodos que mis antecesores, los Apóstoles, usaban al principio del Cristianismo hace dos mil años. Proclaman la Palabra de Dios sin miedo, con convicción y determinación», escribe.

 

El padre Rossi, en declaraciones a Zenit, ha manifestado su alegría ante la invitación de la Iglesia Melquita.

 

«Compartimos la urgencia expresada por el arzobispo Chacour de evangelizar «las piedras vivas» en la tierra del Señor -expresa-. El Camino Neocatecumenal es un itinerario de evangelización que se ha mostrado muy válido también para contrarrestar la expansión de las sectas entre los fieles católicos en otros lugares del mundo, particularmente en América Latina».

 

Publicamos a continuación la carta del arzobispo Chacour al padre Rino Rossi.

 

* * *

 

Queridísimo y estimado Padre Rino:

 

Bienvenido en el nombre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo

 

Aprovecho la oportunidad de la Pascua para felicitarle como lo hacemos en nuestra Iglesia Oriental: ¡Cristo ha Resucitado! ¡Verdaderamente ha Resucitado!

 

Es un placer para mi expresar mi aprecio y sincero respeto por el maravilloso ministerio que la «Domus Galilaeae» ha asumido: el de proclamar la Buena Nueva en algunas parroquias de nuestra vasta diócesis. Quizás es útil recordar que la diócesis Melquita católica de Akko, Haifa, Nazaret y toda la Galilea, prácticamente la diócesis de Israel, es la mayor comunidad católica en Tierra Santa. Esta comunidad está formada por 110.000 católicos, de los cuales 76.000 son cristianos católicos melquitas.

 

Nosotros no tenemos, por motivos históricos, el control de ningún santuario o santo lugar, excepto la Sinagoga de Nazaret. Nuestro campo de acción y ministerio es el de proteger y desarrollar la Iglesia viva, las piedras vivas.

 

Nuestros cristianos están expuestos todavía al proselitismo por parte de diferentes «sectas cristianas», así llamadas. He rezado y buscado a alguien o alguna comunidad que predique la «Buena Nueva» a mis parroquianos. Les he encontrado a ustedes, dispuestos y felices para ayudarnos.

 

Se conoce al árbol por sus frutos, y después de algunos meses de trabajo diligente en las diferentes parroquias de la diócesis católica Melquita, su grupo ha dado algunos frutos excelentes. Por esto estoy muy agradecido y rezo por todos aquellos que han ayudado a reconducir a la Iglesia a tantas almas perdidas.

 

Me gustaría considerar también la unión de una rama del «Camino Neocatecumenal» a nuestra Iglesia y que adoptase el rito Melquita Católico. Ustedes siguen con su manera de actuar el mismo camino y los mismos métodos que mis antecesores, los Apóstoles, usaban al principio del Cristianismo hace dos mil años. Proclaman la Palabra de Dios sin miedo, con convicción y determinación.

 

Han respetado ustedes las exigencias de nuestra Iglesia local, las tradiciones y nuestra espiritualidad. Hemos aprendido mucho de ustedes y estamos seguros de que su grupo está abierto a aprender algunas cosas de nuestra gente y de la tradición de nuestra Iglesia.

 

Le pido que haga llegar a su comunidad de la «Domus Galilaeae» nuestra gratitud y profunda estima, unida a nuestras oraciones.

 

¡Cristo ha Resucitado! ¡Verdaderamente ha Resucitado!

 

Abuna Elias Chacour

Arzobispo de Galilea

 

 

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ZENIT Staff

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