Presentada la edición inédita y exclusiva «Processus Contra Templarios»

Preparada por el Archivo Pontificio

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 26 octubre 2007 (ZENIT.org).- Desde la tarde del jueves, momento de su presentación en el Vaticano, ya es pública la edición inédita y exclusiva de las actas que integran el antiguo proceso a los Templarios.

El volumen «Processus Contra Templarios», presentado a la prensa, ha estado a cargo de los oficiales del archivo pontificio y contiene la reproducción fiel de los pergaminos originales conservados en el Archivo Secreto Vaticano.

La obra –de una tirada limitada a 799 ejemplares, cuyo precio unitario es de 5.900 euros–, distribuida por la Sociedad «Scrinium» (www.scrinium.org), se enmarca en la colección «Exemplaria Praetiosa» que recoge los facsímiles de documentos antiguos.

La publicación ha suscitado un interés mundial sobre todo porque la historia de los Caballeros Templarios, originados en el año 1119 para proteger a los peregrinos y Tierra Santa, ha estado frecuentemente en el centro de leyendas.

El valor principal de la publicación reside en la perfecta reproducción de los documentos originales del citado proceso y en los textos críticos que acompañan el volumen; explican cómo y por qué el pontífice Clemente V absolvió a los Templarios de la acusación de herejía y suspendió la Orden sin disolverla, reintegrando a los altos dignatarios Templarios y a la Orden misma en la comunión de la Iglesia.

El pontífice Clemente V (1305-1314), aún absolviendo a los Templarios, suspendió su Orden, con sentencia no definitiva para impedir un cisma con Francia.

Lo explicó en la presentación la profesora Barbara Frale, funcionaria del Archivo Vaticano y autora de varios libros sobre los Templarios.

Según las investigaciones de la historiadora, la Orden del Temple «adolecía de graves males, aunque no se trataran de herejía», y los documentos publicados «muestran la que fue la verdadera actitud de Clemente V respecto a la acusación hecha a los Templarios».

El entonces Papa –apuntó– dirigió esta investigación personalmente, en todas sus etapas, hasta que fue bloqueado por el rey de Francia, quien ya había obtenido la admisión de culpabilidad, bajo extorsión, del Gran Maestre del Temple, fray Jacques de Molay.

Clemente V revisó una por una las investigaciones realizadas, atribuyendo especial valor probatorio a la que él mismo presidió en Poitiers, en el verano de 1308, cuya legalidad vigiló personalmente.

«Clemente V era un gran jurista –recordó Frale–, un hombre astuto, una personalidad completamente diversa de la que durante tanto tiempo ha sido descrita» y que, a pesar de encontrarse en una situación de inferioridad absoluta, en medio de los equilibrios de fuerzas en juego en el momento, «logró realizar la investigación de los Templarios, justo porque era la única persona en el mundo capaz de dar su juicio sobre esta Orden».

La absolución del gran maestre de los templarios llegó tras la confesión de una serie de culpas y después de que la Orden hizo un acto de sumisión a la Iglesia, pidiendo el perdón del Papa.

«Y todo esto –añadió Frale– se encuentra en el pergamino redactado tras la investigación de los interrogatorios, en el castillo real de Chinon», en el que Felipe IV de Francia (Felipe el Hermoso) había recluido ilícitamente al último gran maestre del Temple y a algunos altos dignatarios de la Orden.

Para financiar una costosísima guerra contra Inglaterra, Felipe IV pensó en apropiarse de los bienes de los Templarios, y por ello había puesto en marcha una estrategia de descrédito acusándoles de herejía.

El acta de Chinon, que declara a los Templarios no disueltos sino absueltos, suscitó la reacción de la monarquía francesa, tanto que obligó a Clemente V a la ambigua componenda sancionada en 1312, durante el Concilio de Vienne, con la bula «Vox in Excelso», en la que declaraba que el proceso no había comprobado la acusación de herejía sino sólo la indignidad y los malos hábitos difundidos entre muchos miembros de la Orden.

Por tanto, dio su asentimiento a que fuera suspendida con sentencia no definitiva, motivada por la necesidad de evitar un grave peligro para la Iglesia.

Al abrir la rueda de prensa del jueves, monseñor Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, explicó que el pergamino de Chinon, que contiene la absolución de los Templarios de la acusación de herejía, estaba ya registrado en el inventario de 1912.

Monseñor Pagano precisó que en la publicación de «Processus Contra Templarios» «no hay ni podría haber ninguna voluntad rehabilitadora de los Templarios», e incluso el hecho de que fueran «procesados en los inicios de 1307, y de que esta presentación caiga en 2007, es completamente fortuito», pues el objetivo de ésta «se detiene en los estudios históricos».

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ZENIT Staff

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