CIUDAD DEL VATICANO, martes, 29 enero 2008 (ZENIT.org).- «El secreto de la limosna es la caridad», explicó este martes Hans-Peter Röthlin, presidente internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada, al presentar ante la prensa el mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma.

Röthlin, miembro del Consejo Pontificio «Cor Unum», ilustró en la Oficina de Información de la Santa Sede las actividades y el espíritu que ayuda a esa institución caritativa fundada en 1947 por el monje premonstratense holandés Werenfried van Straaten.

El presidente explicó que el padre van Straaten no fundó «una orden o una comunidad eclesial, sino una obra que pretende ayudar a la Iglesia en cualquier lugar donde no pueda llevar a cabo su misión sin la ayuda de los demás».

El «padre Tocino», como era conocido por la ayuda que ofrecía tras la segunda guerra mundial, dio la vuelta al mundo para «enjugar las lágrimas donde Dios llora» y para ser «testigo del sufrimiento de los hijos de Dios», difundiendo su propuesta sobre todo en el mundo occidental «para despertar la conciencia de los hombres» y para mendigar por la causa de Dios.

En las «Directrices espirituales» escritas por el padre van Straaten en 2002, poco antes de morir, el fundador «no usa la palabra "limosna", habla de ofertas» y señala que «la mayor parte de los benefactores eran y son personas sencillas, no ricos, que se parecen más bien a la viuda del Evangelio que ofrece su limosna en secreto en el templo y se va».

De hecho, Ayuda a la Iglesia Necesitada no recibe contribuciones oficiales de la Iglesia ni financiación pública; se basa en la generosidad de más de 600.000 benefactores privados de todo el mundo.

En el artículo 36 de las «Directrices espirituales», reveló Röthlin, se establece que los distribuidores de las limosnas «no deben olvidar jamás que no administran solamente el dinero, sino sobre todo la caridad de nuestros benefactores».

«Nos encontramos aquí con el punto central del mensaje del Santo Padre que podría titularse: El secreto de la limosna es la caridad».

La mayor parte de los bienhechores de Ayuda a la Iglesia Necesitada donan en el silencio, confirmó. «Con frecuencia no sabemos ni su nombre ni su dirección».

Según explicó Röthlin, esta obra, con sede en la ciudad alemana de Königstein, en el año 2006 recibió donaciones por un valor total de 81,2 millones de euros, con los que ha apoyado 5.000 proyectos.

Estos donativos son destinados para ayuda pastoral en el campo de la construcción (iglesias, conventos, seminarios, parroquias, salas de catecismo...), en el campo del transporte (para sacerdotes, catequistas, religiosas), en el campo de los medios de comunicación (libros, televisión, películas, radio), y para el apoyo a personas que se dedican al apostolado y a las religiosas de clausura.

Más información en http://www.kirche-in-not.org (web internacional), http://www.ain-es.org (España), http://www.aischile.cl (Chile).