CIUDAD DEL VATICANO, domingo 7 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Una parroquia es una comunidad de cristianos comprometidos en anunciar a Jesucristo. Este es uno de los rasgos esenciales que trazó Benedicto XVI este domingo al presentar el perfil que debe caracterizar a una parroquia.

Lo presentó al visitar la comunidad parroquial de San Juan de la Cruz en Colle Salario, en el sector norte de la diócesis de Roma, que en el casco urbano congrega a unas tres mil familias.

Evangelizar

Tras saludar a muchos de los fieles que le esperaban a la puerta, el obispo de Roma ingresó en este templo de su diócesis en torno a las 9.30 de la mañana construido tras el año 2000 para presidir la Eucaristía y dejar un mensaje a cada uno de los presentes: "dejaos cada vez más implicar por el deseo de anunciar a todos el Evangelio de Jesucristo".

"No esperéis a que otros vengan a traeros otros mensajes, que no conducen a la vida, sino haceos vosotros mismos misioneros de Cristo a los hermanos, donde viven, trabajan, estudian o sólo transcurren el tiempo libre", recomendó a los fieles.

"Poned en marcha también aquí una pastoral vocacional capilar y orgánica, hecha de educación de las familias y de los jóvenes en la oración y en vivir la vida como un don que procede de Dios", subrayó.

Tres secretos para la evangelización

Para ello, el pontífice presentó presentó los tres secretos con los que cuenta toda comunidad parroquial: la Palabra de Dios, los sacramentos (en particular la Eucaristía dominical), y el servicio.

"Os exhorto ahora a hacer de esta Iglesia un lugar en el que se aprenda cada vez mejor a escuchar al Señor que nos habla en las Sagradas Escrituras. Que éstas sigan siendo siempre el centro vivificante de vuestra comunidad, para que se convierta en escuela continua de vida cristiana, de la que parte toda actividad pastoral", exhortó.

Evocando detalles de la vida parroquial sobre los que le ha informado el párroco, el pontífice añadió: "Sé que varios grupos de fieles se reúnen para rezar, formarse en la escuela del Evangelio, participar en los Sacramentos - sobre todo en la Penitencia y en la Eucaristía - y vivir esa dimensión esencial para la vida cristiana que es la caridad".

Por eso dirigió su agradecimiento a cuantos "contribuyen a hacer más vivas y participadas las celebraciones litúrgicas, y a cuantos, junto a la Caritas parroquial y al grupo de San Egidio, buscan salir al encuentro de las muchas exigencias del territorio, especialmente a las esperanzas de los más pobres y necesitados".

"Pienso finalmente en lo que estáis realizando admirablemente a favor de las familias, de la educación cristiana de los hijos y de cuantos participan en las actividades de la parroquia", añadió.

Apertura a los movimientos

Por último, el Papa dejó un consejo a esta parroquia: mantener su apertura a los movimientos y a las nuevas comunidades eclesiales, "madurando así una conciencia más amplia de Iglesia y experimentando nuevas formas de evangelización".

"Os exhorto a proseguir con valor en esta dirección, pero empeñándoos en implicar a todas las realidades presentes en un proyecto pastoral unitario".

En particular, subrayó, los laicos deben pasar de ser considerados como "colaboradores del clero" a ser reconocidos "como plenamente 'corresponsables' del ser y del actuar de la Iglesia, favoreciendo así la promoción de un laicado maduro y comprometido".

La homilía pronunciada por el Papa en la parroquia de San Juan de la Cruz puede leerse en la sección de documentos de la página web de ZENIT.

Sobre los abusos sexuales en Alemania: la Iglesia llama a la transparencia

RATISBONA, domingo 7 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La diócesis de Ratisbona examinará “con la máxima transparencia” las acusaciones de abusos sexuales que se hayan verificado en el coro de los Regensburger Domspatzen. Así lo ha afirmado el portavoz de la propia diócesis, Clemens Neck, que ha anunciado también la constitución de una comisión de investigación ad hoc, según publica L’Osservatore Romano.

En una carta publicada sobre su sitio de internet y destinada a los padres de las víctimas, ha sido el propio obispo de Ratisbona, monseñor Gerhard Ludwig Müller, quien ha hecho pública la noticia de un caso de abuso que se remonta a los años 50, verificado en el internado donde se alojaban los coristas.

Culpable entonces fue el director del internado, seguidamente condenado y después fallecido. En esa ocasión, el prelado había invitado a declarar a todos aquellos que podían tener conocimiento de hechos de cara a descubrir víctimas y culpables de otros episodios de abusos.

Por el momento quien ha denunciado al Coro ha sido una persona que permanece en el anonimato. Habría también un ex alumno de la escuela elemental de Etterzhausen (que ahora se encuentra en Pielenhofen), una institución independiente de los Domspatzen, que denunció haber sido abusado a principios de los años 60. Y a ese periodo se remontarían también los abusos sufridos por otra víctima, que denunció al director del seminario de Weiden y a algunos empleados.

El director del coro de Ratisbona, en una carta publicada en el sitio web de la diócesis de Ratisbona, se ha mostrado “consternado por el hecho de que semejantes hechos vergonzosos hayan tenido lugar en instituciones eclesiásticas”, incluida la célebre institución del Regensburger Domsplatzen, con mil años de historia a sus espaldas.

A día de hoy, con todo – continua la carta – “no disponemos de ulteriores elementos concretos sobre casos sospechosos de abusos dentro del Coro de Ratisbona”.

En un comunicado, el obispo de Ratisbona ha querido precisar que los dos casos de abusos, que tuvieron lugar en 1958, públicamente conocidos ya en aquella época y que deben considerarse jurídicamente cerrados, no coinciden con el periodo que va desde 1964 a 1994 cuando el hermano del Papa, el maestro monseñor George Ratzinger, que sustituyó en este cargo al obispo Theobald Schrems, fue Director del coro de voces blancas y del coro de voces masculinas.

La diócesis de Ratisbona hace saber, además, que ha puesto a disposición un abogado con el fin de aclarar cuanto sucedió en el pasado, identificar a las potenciales víctimas y culpables, y sugerir las medidas a adoptar a la luz del derecho penal y canónico. Este abogado presentará en 14 días un informe provisional.

Desde 2008 hay también activo un equipo ad hoc coordinado por la psicóloga Birgit Boehm, responsable diocesana para casos de abusos sexuales, y compuesto por cinco miembros (un psicólogo, un ex juez, un jurista canónico y dos empleados del Ordinariato).

“La Santa Sede – afirma L’Osservatore Romano – apoya a la diócesis en su disponibilidad a analizar la dolorosa cuestión con decisión y de forma abierta, en el sentido de las directivas de la Conferencia Episcopal Alemana”.

“El objetivo principal de la aclaración por parte de la Iglesia es el de hacer justicia a las eventuales víctimas – prosigue el diario vaticano –. Esta, además, agradece este compromiso de claridad debtro de la Iglesia y augura que una claridad similar se haga también dentro de las instituciones, públicas y privadas, si verdaderamente importa a todos el bien de la infancia”.

El escándalo de los abusos sexuales cometidos por el clero estalló a finales de enero, a raíz de las revelaciones que el semanario Spiegel publicó sobre los abusos cometidos en los años 70 y 80 en el prestigioso Canisius-Kolleg de Berlín, donde dos sacerdotes habrían perpetrado violencias sistemáticas sobre diversos estudiantes.

Una investigación realizada por el semanario Der Spiegel había revelado entonces que los sacerdotes sospechosos de haber cometido abusos sobre menores desde 1995 hasta hoy son al meno 94. Actualmente, las denuncias ligadas a los hechos cometidos en el Canisius-Kolleg serían más de 150.

En su asamblea plenaria celebrada en Friburgo del 22 al 25 de febrero, los obispos alemanes se han comprometido a colaborar con la justicia con la máxima transparencia y seriedad para poner luz sobre los delitos cometidos por los sacerdotes, instituyendo un departamento nacional para las denuncias de los abusos sexuales, guiado por monseñor Stephan Ackermann, obispo de Tréveris.

Entre otras medidas propuestas, está la de reforzar los exámenes para la selección de los seminaristas, activar un número verde para denunciar los abusos sexuales de los sacerdotes y crear un fondo nacional para las indemnizaciones destinadas a las víctimas.

Mientras tanto, como cada año en primavera, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Robert Zollitsch, se dirigirá el 12 de marzo al Vaticano para presentar al Papa los temas surgidos durante la plenaria de los obispos alemanes. En el centro de los argumentos en agenda estará el tema de los abusos sexuales.