CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 16 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Hoy miércoles Benedicto XVI dirigió un pensamiento especial a san Alberto Chmielowski – del que mañana se venera su memoria –, un pintor de gran talento que decisió abandonar la carrera artística paa hacerse pobre entre los más pobres.

“Recordando su dedicación a los pobres, a los sin techo, a los enfermos incurables – dijo el Papa dirigiéndose a los peregrinos polacos al término de la Audiencia general – abramos como él nuestros corazones a las necesidades de nuestros hermanos más necesitados. Aprendamos de él 'a ser buenos como el pan'. Imitémosle en tender a la santidad”.

Adam Chmielowski nació en Igolomia, cerca de Cracovia, en 1845 y murió en 1916. En enero de 1863 participó en la insurrección contra los Moscovitas, durante la cual fue herido y perdió un pie. Seguidamente estudió pintura en París, Munich, Varsovia, y se hizo famoso como pintor y crítico de arte.

Mientras se encontraba en la cumbre de su carrera artística, abandonó de repente todo (incluso quemó alguno de sus cuadros) y empzó a vivir junto a los mendigos y marginados de la ciudad de Cracovia. Para ayudar a los pobres, fundó la Compañía de los Frailes Albertinos, que tomo eñ nombre de él, convertido ya para todos en fray Alberto.

Alrededor de los 26 años, Karol Wojtyla le dedicó una obra dramática con el título Hermano de nustro Dios, desconocida hasta su elevación al solio pontificio.

En su libro autobiográfico titulado Don y Misterio (1996), el papa Wojtyla escribió: “encontré en él un particular apoyo espiritual y un ejemplo en mi alejamiento de la literatura y del teatro, por la decisión radical de la vocación al sacerdocio”.

Juan Pablo II lo beatificó el 22 de junio de 1983 en la llanura de Blonie, en Cracovia, en presencia de un millón de personas, y lo canonizó en San Pedro el 12 de noviembre de 1989.