ROMA, lunes 16 enero 2012 (ZENIT.org) – No hay ninguna mejora en las relaciones entre la educación privada y la administración de la provincia de Punjab en Pakistán, que tiene la mayor concentración de escuelas católicas de este país de mayoría musulmana.
«Desde que las escuelas han sido devueltas no podemos arreglárnoslas, y continuamente debemos pedir la ayuda del gobierno en especial para los institutos de educación técnica», dijo el padre Paul Joseph Leonard, que ha dedicado toda una vida a la educación católica en Pakistán y ha desempeñado un papel esencial en la restitución de las escuelas confiscada por el estado, informó este 12 de enero la agencia Eglises d’Asie de las Misiones Extranjeras de París.
Hace años que las escuelas han sido devueltas a la Iglesia pero no obstante los efectos de la nacionalización siguen pesando negativamente en la calidad de la enseñanza. Más preocupante aún es el hecho de que las instituciones privadas –ya obligadas a incurrir en gastos considerables–, ahora deben hacer frente a los incesantes procedimientos e incomodidades burocráticas del gobierno.
En 1972, el entonces primer ministro Zulfiqar Ali Bhutto ordenó la nacionalización de todas las escuelas y universidades dirigidas por la Iglesia en Sindh y en el Punjab (esta provincia acoge a cerca del 80% de la población cristiana del país y la mayoría de las instituciones privadas). Desde los años 90, las escuelas fueron restituidas gradualmente, después de largas y costosas negociaciones, sin ningún tipo de compensación económica del gobierno.
En 2011, después de reiterados pedidos de los líderes cristianos al gobierno de Punjab, para que cumplan con su promesa de restituir las escuelas, el gobierno local se ha comprometido a completar el proceso de desnacionalización (de 37 escuelas católicas y 19 protestantes), pero a cambio del pago de una caución elevada. En 2004, los obispos católicos y protestantes del Punjab se vieron obligados a dar nuevos pasos, esta vez ante el primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz. Pero, pese a los pagos de caución ya realizados, muchas instituciones cristianas todavía están en manos de las autoridades provinciales.
Al comenzar un nuevo año, la Iglesia aún no ha podido recuperar algunas de sus escuelas, como en Lahore, donde el secretario ejecutivo de la oficina de educación católica, Shanti Maxwell, se lamenta del deterioro de un instituto considerado prestigioso antes de ser nacionalizado. «Hoy en día todo el edificio se cae a pedazos. Tratamos de recuperar la estructura, pero el gobierno argumenta que no tenemos los documentos necesarios. Los terrenos colindantes, que no han recibido mantenimiento, están igualmente en un estado desastroso.»
La situación no cambia en la diócesis de Islamabad-Rawalpindi. «La calidad de la educación ha sufrido mucho durante la nacionalización y ahora en estas escuelas que fueron abandonadas a su suerte, hay muy poca participación de los profesores como de los estudiantes», dijo William John, secretario ejecutivo.
Al final, las escuelas católicas restituidas están padeciendo la falta de fondos del gobierno, creando el temor de tener que cerrar sus puertas. En 2009, muchas escuelas han tenido grandes dificultades para adecuarse a las nuevas normas emitidas por las autoridades del Punjab.
Debido a la deteriorada situación de seguridad en el país, todas las escuelas –públicas y privadas–, deben estar rodeadas por alambre de púas, con un muro de dos metros de altura con cámaras de vigilancia y con guardias armados en la entrada, apoyados por detectores de metales y escáneres.
Mientras la provincia pagó por las escuelas públicas, las privadas no han recibido ninguna ayuda aún estando obligadas a respetar las nuevas orientaciones de las autoridades educativas, so pena de cierre.
Además de los problemas financieros, las escuelas cristianas del Punjab se enfrentan a la discriminación a causa de la islamización gradual. En 2005, el ministro de educación del Punjab, Imran Masood, dijo a los líderes de la educación católica en Lahore: «Nosotros no los consideramos extranjeros. Sus escuelas son nuestras escuelas (…) y creemos que las minorías deben participar plenamente en la educación de nuestro nación (…). Por favor, abran escuelas superiores y universidades. Les daremos todos los permisos necesarios y les restituiremos todas las escuelas que falten por devolver». Pero en 2006, a pesar de sus promesas, el gobierno hizo obligatoria para las escuelas secundarias del país «la enseñanza del Islam y el árabe (la islamiyat) como materias principales y de moral para los no musulmanes». Una medida denunciada rápidamente por las minorías como altamente discriminatoria.
En 2009, una nueva reforma para integrar la “madraza” o escuela coránica completó el proceso de islamización del sistema educativo, volviendo obligatoria la enseñanza de la islamiyat en todos los niveles escolares de todas las escuelas. Desde entonces la Iglesia Católica, las organizaciones de defensa de los derechos humanos y observadores internacionales no han cesado de denunciar la inconstitucionalidad de estos programas y la «intolerancia religiosa», promovida en los libros de texto.
A estas discriminaciones se añadieron las incautaciones, fuera de lugar, por parte de la autoridad provincial de Punjab, de las propiedades y estructuras gestionadas por la Iglesia. Recientemente, el gobierno demolió un complejo gestionado en forma conjunta por la Iglesia católica y Caritas Pakistán en Lahore. El 11 de enero, miles de cristianos protestaron en Lahore bloqueando las vías que conducen al complejo, para denunciar las «maniobras delictivas» de parte de las autoridades y las «violaciones de los derechos de las minorías religiosas».
Traducido del italiano por José Antonio Varela
Para saber más, ver: http://www.zenit.org/article-41265?l=spanish.