«Un hombre sólido, un hombre de fe y un hombre que ame a Cristo», son los tres criterios del cardenal francés Philippe Barbarin, para elegir al próximo papa. El arzobispo de Lyon explicó a Radio Vaticano que las características del sucesor de Pedro vienen dadas por el Evangelio.
Y ve, como primera característica, «Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia –dijo Jesús–. se necesita por tanto a la cabeza de la Iglesia ‘un hombre sólido’ y no ya ‘un pilar de barro’, se necesita ‘una piedra sillar’, es decir ‘un cristiano sólido y un obispo sólido que sea capaz de mantenerse'», estima el cardenal.
la segunda característica que punta el purpurado francés alude a que Pedro es «un pobre pecador», y a que por otra parte «todos somos pobres pecadores» pero jesús le dijo: «He orado por tí… confirma a tus hermanos en la fe». Para el cardenal, es preciso que el papa sea «un doctor de la fe, un mensajero de la fe», alguien «cuya fe sea límpida y que tenga como único y primer fin transmitir la fe».
Tercera característica: tras la resurrección y la pesca milagrosa, Jesús pregunta a Pedro: «¿Me amas más que éstos?». esta es una «pregunta terrible», observa el cardenal, pues Pedro «acaba de traicionarle y todo el mundo lo sabe, así que es terrible para él».
El apóstol está «herido por esta pregunta que le quema» pero el es también «hábil», «yo te quiero», responde, que está «un poco por debajo de ‘yo te amo'».
«Tu sabes que te quiero», dice Pedro. En realidad, comenta el cardenal, es «muy bonito» que «alguien a pesar de sus pecados sea capaz de responder ‘sí’ a Jesús», de decir «sí» y esto «a pesar de su propia mediocridad, porque lo esencial es amar a Jesús».
No existe «el bueno perfecto» para guiar a la Iglesia y al mismo tiempo «estas tres características son importantes», subraya el cardenal. estas «atraviesan los viente siglos y por tanto a quien yo busco para hoy es ese», añade con su habitual franqueza. según el cardenal la Iglesia «es interesante cuando no se ocupa de sí», porque «está hecha para servir al mundo».
En este sentido, reconoce no apreciar demasiado «cuando los cardenales, los obispos o los sacrdotes hablan de los episcopados, de la Curia, etc» y en cambio perferir «cuando hblan de las gentes, porque somo servidores de los pobres y los enfermos, de los honestos y de los pecadores, de los jóvenes y de los mayores, de todo el mundo».
El cardenal evoca el contenido de las congregaciones generales: «en principio hay que saber cómo ba la diócesis de Roma, porque el papa esel obispo de Roma». Y luego, dado que el papa es el «jefe del estado vaticano», hay que familiarizarse con la organización de la Curia romana, sin omitir «las dificultades que todo el mundo conoce, con Vatileaks, etc », subraya el purpurado francés que desea que el próximo papa sea «capaz de aclarar las cosas, de poner orden».
Luego, los cardenales se informan sobre la situación del mundo entero: «Está Europa que muestra signos de fatiga, pero también de renovación. Están los países de inmensa mayoría musulmana, donde hay una atracción hacia Cristo. Está América Latina efervescente que se prepara a las Jornadas Mundiales de la Juventud y que tiene una vitalidad cristiana increíble. Está China que sigue siendo un gran misterio, que tiene a la vez el reconocimiento de Benedicto XVI y al mismo tiempo se nos escapa ampliamente, etc».
El cardenal Philippe Barbarin, 62 años, fue creado cardenal el 21 de octubre de 2003 por Juan Pablo II, es actualmente arzobispo de Lyon y primado de las Galias, desde 2002.
En El Vaticano es miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Ha vivido en Madagascar como sacerdote Fidei Donum, profesor de teología y formador en el gran seminario de Fianarantsoa (1994-1998). Obispo de Moulins de 1998 à 2002.
Condecoraciones y reconocimientos franceses: caballero de la Legión de Honor desde diciembre de 2002, oficial del Orden Nacional del Mérito desde mayo 2007 y oficial de la Legión de Honor desde abril de 2012.
Ha publicado diversos libros, de los cuales un diálogo con el gran rabino de Francia, Gilles Bernheim.
Es el cardenal que quiso pasar inadvertido yendo a la Congregación General en bicicleta, en cambio lo captaron las cámaras de un fotógrafo avispado, véalo en un diario italiano: http://www.repubblica.it/esteri/2013/03/06/foto/conclave_barbarin_il_cardinale_in_bicicletta-53983100/1/?ref=HRESS-2