Después de explicar los discursos explicativos y persuasivos, hoy quiero hablarles del discurso emotivo.
PREDICACIÓN O CHARLA EMOTIVA
Toda charla o discurso emotivo está dirigido especialmente a la sensibilidad, afectividad y sentimientos de los oyentes porque quiero hacer sentir esa verdad, para que se emocionen, se sensibilicen y obren en consecuencia. Recuerden que la charla o discurso explicativo estaba dirigido sobre todo a la mente. La charla persuasiva iba dirigida a la voluntad. Esta charla emotiva está orientada principalmente a la sensibilidad. Es una charla muy propicia en determinados momentos del año: Navidad, Semana Santa, bodas, cumpleaños, misas de exequias, discurso después de la graduación del hijo…etc.
Primero, demos las características de este discurso emotivo:
Debo dar como siempre un solo tema, en forma sentida, desarrollado en dos o tres aspectos lógicos y estructurados.
Debo suscitar diversos sentimientos según la circunstancia: gozo o tristeza, temor o confianza, amor o desafección, atracción o aversión.
Debo hacer uso –como también en el persuasivo- de los famosos tópicos del filósofo griego Aristóteles: quién, qué, cuándo, dónde, por qué, para qué, cuántas veces, cómo (quis, quid, quando, ubi, cur, ad quid, quotiens, quomodo).
Debo pronunciarlo con emoción y carga afectiva. Ya decía el poeta Horacio: “Si quieres que yo llore, tienes que llorar tú primero….si vis me flere, dolendum est primum ipsi tibi ”.
Debo evitar palabrería de ternura barata y párrafos patéticos de oratoria pasada de moda. Hoy emociona más un hecho histórico, el ejemplo de alguien bien narrado que no tantas palabras altisonantes y lagrimeos fáciles.
Y al final, es siempre recomendable dar una cita de un Santo Padre sobre ese tema, pues citar un Santo Padre es como subirse en hombros de gigantes.
Segundo, demos ahora el esquema de todo discurso emotivo:
Una introducción sentida y emocionada con estadísticas, ejemplos, noticias, hechos históricos, contrastes. Todo narrado con carga afectiva fuerte.
Formular un párrafo estructurado y cargado de sentimiento (en oratoria se llama “proposición”) , donde enumero el fruto espiritual e interior a conseguir en esa charla.
Desarrollo del tema en dos o tres aspectos valorados, desentrañados y visualizados.
Una conclusión o peroración sentida donde se resume brevemente el discurso.
Tercero, les ofrezco el esquema de un posible discurso emotivo. Tema: el pecado lastima a Dios. Primero, el pecado lastima a Dios que es tu Padre….¡qué tristeza para Dios! Segundo, el pecado lastima a Cristo que es tu amigo íntimo…¡Qué ingratitud por tu parte! Tercero, el pecado lastima al Espíritu Santo que es el dulce Huésped de tu alma, ¡qué descaro! Por eso, aparta de tu vida el pecado para que sientas que Dios está feliz contigo y al mismo tiempo sientas la felicidad y el amor de Dios en tu corazón. San Juan Crisóstomo tiene un texto espléndido sobre este tema. Te voy a narrar el caso de la niña santa María Goretti, mártir de la pureza que prefirió morir antes que ofender a Dios con el pecado.
Las anteriores entregas de la serie se publicaron en:
http://www.zenit.org/es/articles/como-mejorar-nuestra-predicacion-sagrada–6;
http://www.zenit.org/es/articles/como-mejorar-nuestra-predicacion-sagrada–5;
[2013-03-22] http://www.zenit.org/article-44976?l=spanish [2013-03-20] http://www.zenit.org/article-44987?l=spanish [2013-03-08] http://www.zenit.org/article-44634?l=spanish [2013-03-02] http://www.zenit.org/article-44693?l=spanish [2013-02-22] http://www.zenit.org/article-44305?l=spanish [2013-02-15] http://www.zenit.org/article-44304?l=spanish [2013-02-08] http://www.zenit.org/article-44303?l=spanish [2013-01-25] http://www.zenit.org/article-44212?l=spanish