El papa Francisco ha querido la creación de un grupo de trabajo que profundice sobre tráfico de seres humanos y la esclavitud moderna, de manera que se pueda establecer un plan de acción para contrarrestarlo.
Por ello, la Pontificia Academia de las Ciencias y la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, junto a la Federación mundial de las Asociaciones Médicas Católicas han organizado una comisión que se reunirá el 2 y 3 de noviembre en la Casina Pío IV en el Vaticano.
La noticia fue dada a conocer hoy por la Radio Vaticano que además entrevistó al Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias.
“Las ciencias naturales -dijo el monseñor- pueden ofrecer nuevos instrumentos para emplearlos contra esta nueva forma de esclavitud, como por ejemplo un registro digital para comparar el ADN de los niños desaparecidos no identificados (incluidos los casos de adopción ilegal) con el de los familiares que hayan denunciado su desaparición”.
Añadió que “nadie puede negar que la trata de seres humanos constituya un crimen terrible contra la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales”.
El Concilio Vaticano II afirmó que “la esclavitud, la prostitución, el mercado de las mujeres y de los jóvenes, e incluso las ignominiosas condiciones de trabajo, mediante las cuales los trabajadores son tratados como simples instrumentos de ganancia, y no como personas libres y responsables” son situaciones “vergonzosas”, que arruinan la civilización humana, deshonran a quienes se comportan de este modo y “menoscaban grandemente el honor del Creador” dijo.
“El aumento alarmante -subraya el monseñor argentino- del comercio de seres humanos es uno de los apremiantes problemas económicos, sociales y políticos asociados al proceso de globalización. Y es una grave amenaza para la seguridad de las naciones y una impostergable cuestión de justicia internacional”.
Delante del pesimismo y la resignación que ha llevado a muchas instituciones internacionales a dar la espalda a esta tragedia, el prelado indicó que es importante seguir directamente el deseo del Papa.
Según el informe de 2012, entre los años 2002 y 2010 la Organización Internacional del Trabajo estimó que globalmente, son casi 21 millones las víctimas del trabajo forzado, incluyendo a las víctimas de la trata de personas con finalidad de mano de obra y explotación sexual.
Cifras escalofriantes que “representan sólo la punta del iceberg, desde el momento en que los criminales en general hacen de todo para que sus actividades no sean descubiertas” dijo.