CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 5 marzo 2004 (ZENIT.org).- La misión de la Iglesia consiste en irradiar la belleza de Dios, constata el predicador que dirige los ejercicios espirituales en los que participa Juan Pablo II esta semana.
«En camino hacia la patria trinitaria: la Iglesia en misión» fue el tema afrontado este viernes por monseñor Bruno Forte, presidente de la Facultad de Teología del Sur de Italia.
Los ejercicios espirituales, que tienen lugar en la capilla «Redemptoris Mater» del Vaticano, llegaron así a su tercera fase, la «vía unitiva», en la que los discípulos, transformados por el Espíritu del Resucitado y participando en la vida de Dios Trinidad, constituyen la Iglesia del amor.
«Una Iglesia en misión –aclaró monseñor Forte ante el Papa y sus colaboradores de la Curia Romana– está llamada a irradiar, en el tiempo, la belleza de la Trinidad, convocando a todas las gentes al encuentro de la salvación que cambia la vida».
«La Iglesia de la Trinidad, en camino hacia la patriar trinitaria, es la Iglesia en misión», indicó. «Toda la Iglesia está invitada a anunciar todo el Evangelio a todo ser humano, a cada ser humano».
El lugar en el que nace y se expresa la Iglesia, siguió meditando el predicador, es la Eucaristía.
«Vivimos en un mundo que es una muchedumbre de soledades –explicó en uno de los pasajes que pudieron escucharse a través de las ondas de «Radio Vaticano»–. Estamos todos juntos pero no hay unidad. La Iglesia tiene una riqueza inmensa, la unidad que Cristo nos da, el ágape que nos transmite en la Eucaristía».
«Esto es lo que tenemos que anunciar al mundo», concluyó.
Los ejercicios espirituales concluirán en la mañana de este sábado. Para Juan Pablo II comienzan dos meses con numerosos encuentros públicos y celebraciones litúrgicas.
Además de participar en los ritos de la Semana Santa, presidirá entre otros actos, dos ceremonias de beatificación, cuatro encuentros con parroquias, así como la Jornada Mundial de la Juventud, que este año tiene lugar el Domingo de Ramos en cada diócesis.