HONG KONG, miércoles, 6 julio 2005 (ZENIT.org).- Las autoridades chinas han puesto en libertad, tras casi seis años de arresto, al sacerdote católico Vincent Kong Guocun -de la «Iglesia clandestina», que reconoce la autoridad del Papa pero no está oficialmente aprobada por Pekín- por motivos de salud.
El anuncio de esta liberación, verificada el pasado 8 de junio, fue difundido por «Eglises d’Asia», la agencia de las Misiones Extranjeras de París (eglasie.mepasie.org). De la liberación se ha hecho eco igualmente «Radio Vaticana».
De la diócesis de Wenzhou –provincia de Zhejiang-, el sacerdote de 34 años había sido arrestado el 20 de octubre de 1999, poco después de cumplirse dos años de su ordenación presbiteral –celebrada el 31 de agosto de 1997-.
Según fuentes católicas chinas, en su liberación habrían intervenido razones médicas, pues la salud del joven sacerdote se ha deteriorado.
El sacerdote pasó los primeros días de su detención en completo aislamiento. Posteriormente sus padres obtuvieron el permiso de visitarle ocasionalmente. Afirman que la policía reprocha a su hijo que es «demasiado obstinado» y no se muestra dispuesto a colaborar. El padre Kong rehúsa ceder a las presiones de las autoridades para apartarse de la Iglesia «clandestina» e integrarse en la «oficial».
El período de detención del padre Kong es el segundo más prolongado entre el clero de esta diócesis.
El obispo «clandestino» de Wenzhou, monseñor Giacomo Lin Xili –de unos 86 años- sigue confinado en la catedral oficial de Wenzhou. El prelado carece de libertad de movimientos desde septiembre de 1999.
Otro sacerdote, el padre Ding Zhaohua, aún permanece detenido. Fue arrestado en enero de 2001.