El fruto del foro mundial de jóvenes: “Aprender a amar”

Concluye el congreso organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos

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ROMA, domingo, 28 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- El amor, la sexualidad y cómo enfrentar estos temas en una sociedad cada vez más secularizada fueron los puntos claves del foro «Aprender a amar» en el que participaron 250 jóvenes representantes de 92 países y 33 movimientos eclesiales desde el pasado miércoles hasta este domingo en Roca di Papa, muy cerca de Roma.

El evento académico, organizado por la oficina de jóvenes del Consejo Pontificio para los Laicos, contó con conferencias, liturgias, momentos culturales que permitieron a los jóvenes profundizar en el tema del verdadero amor cuya fuente y fin es Dios mismo.

En diálogo con ZENIT, el padre Eric Jacquinet, director de la oficina de jóvenes del Consejo Pontificio para los Laicos, calificó el evento como «un concentrado de experiencia eclesial. Es una gota de agua que hace germinar el bien en todo el mundo a causa de la diversidad en el tiempo presente».

Cinco continentes, una sola fe

En medio de las pausas entre cada conferencia, los jóvenes socializaban, se intercambiaban sus correos electrónicos, planeaban actividades culturales para los tiempos libres en la noche. En diferentes idiomas y traduciéndose entre ellos mismos, hablaban de la realidad cultural y eclesial de sus diversos países. ZENIT habló con un representante de cada continente para captar sus impresiones sobre este evento.

Rinora Gojani era la representante del país más joven del mundo: Kosovo, que logró su independencia de Albania en febrero de 2008. «Es la primera vez que represento a Kosovo en un congreso internacional como país», reconoció la joven.

Para Rinora, quien trabaja en la diócesis de Pristina, capital de Kosovo, la experiencia de ver tantos católicos «me da mucha energía», debido a que su país es de mayoría musulmana. A sus compañeros les contó como en Pristina están construyendo la primera catedral de su pequeño y joven país.

Esta joven kosovar trabaja con la comunidad de los salesianos dando talleres de valores a grupos de niños, muchos de ellos musulmanes. «No podemos pronunciar el nombre de «Jesús», sólo podemos transmitir su mensaje sin mencionarlo, porque de otro modo puede haber malos entendidos. Creemos que esto los puede convertir, porque enseñamos la palabra de Jesús y su amor», testimonia Rinora.

Por su parte Develt O’Brien viajó a Roma en representación de la Conferencia Episcopal Australiana. «Pienso que es difícil hablar y compartir esta experiencia en un país tan secularizado. Debido al relativismo, mucha gente no reconoce lo que es bueno y lo que es malo», asegura el joven.

Sin embargo, constata que la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Sydney hace dos años ha dejado muchos frutos: «Es muy interesante ver cambios en algunas parroquias y grupos juveniles. Mucha gente ha continuado en la misma línea de las experiencias que vivimos allí».

Develt considera que este foro «ayuda a profundizar el verdadero amor. Puede iluminar lo que ocurre en la vida, si eres capaz de seguir lo que dice el Evangelio».

En representación de Palestina y Tierra Santa estaba Gheneim Mughannam, «para nosotros, que venimos de una zona como ésta, resulta difícil ser cristianos por la cultura, la lengua y la situación que tenemos», considera.

El joven Mughannam aseguró que vivir en Tierra Santa le da «un testimonio de Jesús muy fuerte porque Él ha crecido en esa tierra. La situación desde hace dos mil años no ha cambiado mucho», explica, al mencionar las dificultades económicas y políticas que caracterizan esta geografía.

Por su parte Philomene Karelle Messi, representante de la diócesis de Yaundé, capital de Camerún, expresó su alegría por hacer parte de este evento, «Estoy feliz de conocer e interactuar entre personas de diferentes países con una misma fe». Una fe que se ha visto muy fortalecida en su país desde la visita de Benedicto XVI el año pasado: «Agradecemos al Señor el que el Papa haya escogido a Camerún entre todos los países de África y guardamos en nuestro corazón su mensaje».

Uno de los delegados de Colombia era Carlos Sampedro, quien calificó el tema del congreso como «crucial». «El mundo necesita testimonios de amor auténtico», dijo. «Estamos reunidos para reflexionar, aplicar en nuestras vidas, profundizar desde nuestra fe lo que significa el amor».

«Es difícil de resumir, pero creo que lo que caracteriza este encuentro es la alegría de ver personas en las que está reflejada mi fe y con las que comparto experiencias similares de apostolado, de preocupaciones por la Iglesia», aseguró.

«Todas las intervenciones han sido muy interesantes: el saludo del Santo Padre fue el culmen y nos trazó el horizonte sobre el verdadero amor y el encuentro con el Señor. Debemos recoger esto e ir a nuestros países para transmitir esta experiencia de formación», concluyó el joven colombiano.

Puede leerse el mensaje que dirigió el Papa al X Forum Internacional de los Jóvenes en la página web de ZENIT.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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