BZOMMAR (LIBANO), 18 oct (ZENIT.org).- En el clima de inestabilidad política del Líbano, los patriarcas católicos de Oriente comenzaron ayer su décima asamblea del Consejo, con el pensamiento dirigido tanto a la situación eclesial y pastoral de su competencia como al preocupante estado por el que atraviesa la paz en Tierra Santa.
En el convento libanés de Notre-Dame de Bzommar, perteneciente a los armenios católicos, el patriarca Nerses Bedros XIX, en calidad de «anfitrión», inauguró los tres días de trabajo, que concluirán el viernes próximo, con el objetivo de realizar un balance de las actividades de un decenio.
¿En qué modo las orientaciones y las enseñanzas expresadas por los patriarcas a través de sus cartas pastorales han marcado la vida de las personas a ellos confiadas? En torno a este interrogante base del Consejo, se aportarán las evaluaciones, realizadas a lo largo de tres líneas guía: el testimonio ofrecido por los fieles, el movimiento ecuménico de acercamiento entre las Iglesias y la apertura hacia los fieles de otras religiones.
El carácter ecuménico se hará especialmente visible cuando, como ya es tradicional, los patriarcas católicos acojan durante una sesión de trabajo común a los patriarcas de las Iglesias ortodoxas residentes en Líbano y Siria. Ya antes de ayer, los siete responsables de las Iglesias orientales se reunieron en oración por la situación política del Líbano, expresando el deseo de que se logre un gobierno representativo de «todas las tendencias políticas» que sea capaz de realizar «la unidad nacional, las aspiraciones y las expectativas de los ciudadanos».
