HREF=»http://www.zenit.org/»>ZENIT.org).- La Santa Sede considera que en estos momentos no existen motivos para pensar que el Vaticano se encuentra en el objetivo del terrorismo islámico, según afirmó este domingo un portavoz vaticano en respuesta a noticias publicadas este domingo por la prensa italiana.
Igor Man, uno de los máximos expertos en Europa de política árabe, ha revelado en un artículo que la cúpula de San Pedro del Vaticano podría convertirse en uno de los objetivos de comandos terroristas cercanos a Bin Laden.
El analista, en un artículo publicado por el diario digital Il nuovo revelaba que el pasado viernes los servicios secretos italianos entregaron a «las máximas autoridades italianas» un informe en el que se hace presente este riesgo.
«No consta que se den elementos de alarma que justifiquen rumores de este tipo», ha afirmado el subdirector de la Sala de Prensa de la Santa Sede, el padre Ciro Benedittini, en declaraciones a la prensa mientras acompañaba a Juan Pablo II en su visita a la ciudad italiana de Frosinone.
Igor Man recuerda que los servicios secretos italianos ya habían alertado ante la posibilidad de este tipo de atentados utilizando aviones kamikaze en países occidentales, en vísperas de la cumbre de los países más industrializados del mundo (G-8), que se celebró en julio en la localidad de Génova.
Man reconoce que la información, recibida de fuentes estadounidenses, podría ser una mentira, pero recomienda estudiar el asunto.
Semanas antes de que comenzara el Jubileo del año 2000, los servicios secretos italianos advirtieron también de la posibilidad de que el Vaticano se convirtiera en el objetivo de ataques de terroristas islámicos. La Policía italiana reaccionó aumentando los controles en los accesos al Vaticano.
La pequeña Ciudad Estado no podría ofrecer resistencia ante ataques kamikaze como los que tuvieron lugar en Nueva York, pues el aeropuerto de Roma (Fiumicino) se encuentra a tan sólo 6 minutos. La reacción de aviones del ejército para impedir un ataque de un avión secuestrado sería imposible.
Ahora bien, Juan Pablo II no es visto, en general, como un enemigo del mundo árabe o islámico. Ha sido el primer pontífice en pisar una mezquita y siempre ha reivindicado los justos derechos de toda nación, incluidas las árabes, como Palestina, o los de las poblaciones civiles de Iraq o Libia, sometidas a bombardeos o al embargo a causa de la política condenable de sus líderes.