AMMÁN, 10 abril 2003 (ZENIT.org).- Cáritas en Irak sigue hora por hora la evolución de los acontecimientos en el país para responder a las necesidades de los damnificados de la guerra y ofrecer su contribución a la reconstrucción del país.

El director de Cáritas Irak, Faiq Bourachi, recomendó a toda la red internacional de Cáritas «actuar con calma y con claridad, evitando decisiones apresuradas», mientras se aclara la situación sobre el terreno.

Bourachi explicó en la mañana del jueves que la organización de la ayuda no era fácil pues «las noticias indican que la situación en Bagdad se encuentra al borde del colapso y el estatus de la Administración iraquí no está todavía claro».

A pesar de esta situación incierta, Bourachi ha señalado que Cáritas Iraq está haciendo un seguimiento exhaustivo, hora a hora, de la evolución de los acontecimientos a fin de poder «adoptar las decisiones más adecuadas en cada momento».

Asimismo, el director de Cáritas Irak se ha hecho eco de algunas informaciones que indican que puede estar produciéndose asaltos aislados de grupos de ciudadanos a los almacenes de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas situados en los alrededores de Bagdad.

De acuerdo con las informaciones facilitas por la oficina de Cáritas Irak en Ammán, en Bagdad los servicios de atención médica a las emergencias están desbordados y existe una seria carencia de suministros sanitarios básicos, como antibióticos y anestésicos.

En la ciudad se ha dado también la señal de alarma por los cortes en el suministro de agua que padecen muchas zonas debido a las continuas interrupciones del fluido eléctrico. Esta situación de alerta sanitaria se repite también en Basora, sin acceso al agua potable desde la primara fase de la guerra.

En el norte del país siguen registrándose importantes movimientos de población. Según datos de Naciones Unidas, a fecha de ayer estaban contabilizadas en la zona un total de 266.018 personas desplazadas, el 70 por ciento de ellas en Dohuk, el 20 por ciento en Erbil y el 10 por ciento restante en Sulaimaniya.

En estas provincias septentrionales de Irak, la red de Cáritas en el terreno sigue prestando ayuda de emergencia a estos núcleos de desplazados, a quienes se les proporciona ropa de abrigo, alimentos y servicios médicos básicos.

Cáritas Irak tiene una red de 14 centros de distribución de ayuda humanitaria repartidos por todo el país y con un equipo integrado por 250 trabajadores y voluntarios. A ello hay que añadir la ayuda que Cáritas Irak presta a los damnificados en los 87 templos que han sido habilitados como centros temporales de acogida.