El nuncio leyó en la homilía el discurso que había preparado para la ocasión el Cardenal Norberto Rivera –quien a última hora no pudo participar– en el que destacó el Papa ha hecho caer los muros del odio.
«El Santo Padre ha sido y sigue siendo una hermosa carta de Dios para el mundo –leyó el nuncio–. Sus viajes los ha hecho para encontrar multitudes y también para encontrar pequeños grupos, ha llegado a lugares de fácil acceso y también a lugares con muchas dificultades, donde se pueden tomar muchas seguridades y también todos los riesgos».
Monseñor Bertello invitó a todos los católicos mexicanos, y en particular a los 5.000 fieles que le escuchaban, a rezar por la saludo del Santo Padre.